Una hornacina en el altar
P. Este otoño comienza la preparación del congreso regional del PSOE. Una palabra se viene repitiendo estos días: renovación. ¿Qué entiende usted por renovación?R. El congreso federal ha marcado una nueva dinámica, ha abierto un talante nuevo, estrategias e ideas nuevas. En Andalucia, tendremos que hacer los cambios que sean útiles y necesarios. Apuesto por un cambio tranquilo, pero tambien un cambio por una mayor eficacia, por un mayor trabajo interno.
P. Uno de sus consejeros, Gaspar Zarrías, cifró la renovación en un 20%.
R. Ni 20%, ni 30%, ni 50%. No hay que poner ni suelo, ni techo a los cambios.
P. ¿Se está utilizando en vano el nombre de Zapatero?
R. Zapatero es el secretario general de todo el partido, con el apoyo del 90%. Es absurdo que alguien quiera arrogarse la bandera de Zapatero con una corriente minoritaria frente a la mayoritaria.
P. ¿Se presentará a la reelección como secretario general?
R. Eso lo decidiré la semana próxima.
P. Usted votó en el congreso federal por José Bono. ¿Se sintió desautorizado al ganar Zapatero?
R. En absoluto. Como nunca hice público cuál era el sentido de mi posición, no me siento desautorizado. La preparación y desarrollo del congreso propició que pasara lo que pasó: permitió unos magníficos resultados. Al final hubo un 50% que se sumó al 40% que había votado a Rodríguez Zapatero. Eso es lo importante, el resultado final de la comisión ejecutiva.
P. Zarrías y Asenjo ya han hecho público que no desean formar parte de la ejecutiva regional. ¿Es bueno para usted para formar el nuevo equipo?
R. Cuando hablamos de renovación de personas estamos hablando de personas que tienen cuarenta y tantos años....
P. ... Pero llevan muchos años en política.
R. Porque empezaron muy pronto en política. Una serie de personas que estan entre 40 y 45 años, que han demostrado su capacidad política, de trabajo y su capacidad para solucionar problemas, ¿hay que renovarlas? Sería echar por tierra el patrimonio más importante que tiene este partido.
P. ¿De qué personas está hablando?
R. De muchas. A mí me dicen que yo soy indiscutible. Pero claro, cuando me dicen que soy indiscutible lo único que no acepto es que me metan en una hornacina y que me pongan encima de un altar para que vengan a adorarme. Esa indiscutibilidad no la acepto, ni la aceptaré nunca. Si al final optara por presentarme candidato a secretario general, querría tener una amplia libertad y margen de maniobra para componer el equipo de dirección y, por tanto, poder hacer todos aquellos cambios que considere necesarios. Ahí es donde se va a reflejar esa indiscutibilidad que dicen que tengo y el margen de consenso en torno a lo que digo y hago.
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