"Algunos clubes tratan a los jóvenes como esclavos, no como seres humanos"
La comisaria de Educación, Cultura y Deportes, la luxemburguesa Viviane Reding, ha lanzado un órdago para poner freno a ciertas prácticas abusivas del fútbol. En una entrevista con EL PAÍS mantenida ayer en su despacho oficial de Bruselas, Reding asegura que la Comisión Europea ha sido muy paciente, pero que "todo tiene un límite", sobre todo a la hora de frenar esa "esclavitud moderna" que se comete contra jóvenes de terceros países fichados "como mercancía" por parte de algunos de los clubes más ricos de Europa. El jueves, la FIFA y la UEFA dieron su brazo a torcer y, después de tres años de advertencias de Bruselas, reconocieron que existe un problema con el actual sistema de traspasos y que deben sentarse a negociar con el Ejecutivo comunitario, que defiende la libre circulación de futbolistas, igual que la del resto de trabajadores.Pregunta. ¿Cuál es su opinión sobre las decisiones adoptadas por la FIFA y la UEFA el pasado jueves para intentar resolver el conflicto con la Comisión?
Respuesta. Por fin han dado un paso. Desde 1997 discutimos con la FIFA sobre el sistema de traspasos de jugadores y estábamos esperando su reacción. No conocemos los detalles, pero ya supone un paso importante, porque reconocen que las reglas de transferencia que se aplican en el fútbol constituyen un verdadero problema y, por primera vez, están dispuestos a discutir con la Comisión. La situación que se ha producido en los últimos tres años no puede continuar.
P. ¿Aclaran buena parte de las dudas que usted tiene los tres puntos acordados por FIFA y UEFA?
R. El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, ha dicho que los contratos deben tener una duración mínima para que en ningún caso puedan entorpecer el desarrollo de una liga o un campeonato. Es un punto de partida, igual que la idea de indemnizar a los clubes que forman a los jugadores más jóvenes. Lo importante es que se empiece a hablar. En lo que sí tengo alguna duda es en la prohibición de que los menores de 18 años puedan ser transferidos fuera de sus países. La libre circulación de trabajadores es un principio inamovible del Tratado y creo que el problema principal no es ése, sino cómo se trata a los jugadores más jóvenes en sus clubes: si se hacen cargo de su salud, de sus estudios, de su formación profesional.
P. Usted hace mucho hincapié en los futbolistas jóvenes.
R. Desde que hace un año accedí a este cargo, he insistido en ello. Siempre he dicho que prefiero a un joven que esté en un club intentando dar una patada a un balón que a otro en la calle haciendo estupideces. La juventud es la base de la pirámide del deporte.
P. El problema parece más grave en el caso de futbolistas jóvenes fichados por clubes de países ricos.
R. Hay algunos clubes que tratan a los jóvenes traídos de terceros países como verdadera mercancía de cambio, no como seres humanos. Y si no dan resultado, los echan a la calle. No puede ser. Es una forma de esclavitud moderna. Tenemos que proteger a los jóvenes, pero evitando que dependan de los clubes hasta el infinito y se conviertan en un objeto de especulación.
P. La FIFA ha llegado a acusar a Bruselas de injerencia política.
R. No hay nada de eso. El derecho comunitario es idéntico para todos. El actual sistema de traspasos va en contra de esos principios y, además, tenemos denuncias. Como guardiana del Tratado, la Comisión debe analizar esas denuncias. Hemos sido muy pacientes, pero todo tiene un límite. Si no reaccionamos para defender el Tratado, también la Comisión cometería una ilegalidad.
P. ¿Por qué la Comisión ha reaccionado ahora?
R. Si hubiéramos continuado sin tomar una decisión, corríamos incluso el riesgo de que el Tribunal de Justicia de la UE actuara por no intervenir tras las denuncias que se presentaron. Hemos esperado porque somos partidarios del diálogo.
P. ¿Y no ha influido en la Comisión el traspaso de Figo?
R. No hay un caso Figo en la mesa de la Comisión, pero es verdad que muestra claramente el rumbo por el que marcha ese deporte. No es normal que se paguen esas cifras. Hay que encontrar un equilibrio. Lo que se está pagando ahora por los jugadores no permite un nivel de competición equilibrada entre los clubes. El equilibrio del deporte se rompe cuando unos clubes pueden hacer ese tipo de operaciones y otros no. Se pondrá fin a estos excesos cuando encontremos fórmulas adecuadas en el terreno de los traspasos.
P. ¿Cree que la legislación española puede ser tomada como modelo a seguir?
R. Aquí no hablamos de la legislación de un país, sino de normas internas de una federación concreta. Las federaciones son autónomas a la hora de regular el deporte y la Comisión lo tiene claro. Pero insisto: esa regulación no puede ir en contra del derecho comunitario, de la libre circulación o de la no discriminación.
P. ¿Qué pasará con los contratos en vigor actualmente?
R. Hacen falta reglas aplicables a todos para que haya una competición sana, para que todos los clubes jueguen con las mismas reglas de juego, sin ventajas ni desventajas, salvo las deportivas.
P. ¿Qué opina de la actuación de la FIFA y la UEFA para conseguir que los gobiernos de los Quince acepten que las normas europeas se apliquen con mayor flexibilidad en el caso del fútbol?
R. Lo que quiere la UEFA, la FIFA y muchas federaciones deportivas, también el COI, es que se reconozca la especificidad del deporte en el Tratado, y eso puede ser positivo. Así ocurre en la cultura, pero nadie puede ir contra la libre circulación de los artistas. No se puede tratar al deporte como a la siderurgia en términos de competencia, pero hay que respetar las normas.
P. ¿Cuáles van a ser los siguientes pasos entre la Comisión y los representantes del fútbol?
R. El miércoles, en la reunión del Colegio de Comisarios, analizaré con mi colega Mario Monti las decisiones adoptadas por FIFA y UEFA. Monti y yo trabajamos al unísono. Paralelamente, en Estrasburgo me reuniré con el secretario de la Liga española, Pedro Tomás, que ahora preside el comité profesional de la UEFA. Él estará acompañado por representantes de las ligas francesa, italiana, inglesa y belga.
P. Los Juegos Olímpicos están próximos. ¿Aguará el doping la gran fiesta del deporte?
R. Hace una semana hablé con Juan Antonio Sa-maranch sobre esta cuestión. No es posible erradicar totalmente el problema, pero se hará todo lo posible para conseguirlo. Es importante que también se tomen medidas en el mercado de sustancias dopantes. Estamos en el inicio de este combate conjunto. Después de Sydney, emprenderemos una acción concertada, entre la UE y el COI, para que los jóvenes tengan amplia información en colegios y escuelas sobre el juego limpio, el olimpismo y los peligros del dopaje. El doping será también uno de los puntos a tratar en el foro sobre deporte que se celebrará en Lille (Francia) en octubre.
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