Helicópteros
Acaban mis días de vacaciones en el Parque Natural de Cabo de Gata y un día más dos helicópteros sobrevuelan la costa. Buscan pateras. Hace levante. Es el mejor tiempo para que los inmigrantes puedan pasar. Por la tarde se comenta en San José que se ha encontrado una patera varada en una de sus calas. Los inmigrantes no han sido encontrados.Dice CC OO que no hace falta mano de obra en los invernaderos de Andalucía; que los empresarios buscan esclavos y que los andaluces se marchan a la vendimia francesa porque las condiciones de su contratación son legales. UPA y UGT dicen lo contrario. Mientras, los inmigrantes siguen trabajando y el obispado de Cádiz denuncia que el Gobierno central no persigue a los pasadores con eficacia.
Empieza a ser preocupante no que los inmigrantes atraviesen el Mediterráneo y trabajen el campo andaluz, sino la forma en que desarrollan su trabajo y el que los pasadores, que no se han dado ninguna tregua y no han podido reorganizarse, no sean detenidos. El Estado de derecho se resiente. El Gobierno central tiene la responsabilidad, más allá de las palabras del mayor de turno, de que si los inmigrantes tienen un invernadero esperándoles nada más pisar tierra quienes delinquen sepan que tienen un sitio aguardándoles nada más cometer el delito.
No es razonable esta falta de eficacia, como no lo es que no se conozca lo que pasa en comisaría y se necesiten tres forenses para saber si una persona murió por ingestión de drogas, por mirar por el espejo retrovisor o de un golpe. Son cuestiones que no hacen nada bien a un Estado de derecho, como tampoco a la justicia de a pie que al Gobierno central se le olvide indultar a Nino por el terrible delito de no hacer la mili que se fue.
Tal vez cuando no se necesiten tres forenses para conocer las causas de la muerte de un detenido y a los inmigrantes se les busque en los invernaderos del parque, en los lugares en los que se trabaja a más de 50 grados por mil duros y se les diera de alta como si, en lugar de coger habichuelas, cogieran uvas en Francia, no serían necesarios tantos paseos en helicóptero, la sociedad ganaría en tranquilidad y el Gobierno en eficacia. También en justicia si Nino se fuera a su casa.
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