Interior advierte de que la policía necesita tiempo para desarticular a la 'nueva ETA'

La banda terrorista que ha asesinado a 12 personas este año tiene el mismo nombre, dirección y objetivos que la que se declaró en "tregua" en septiembre de 1998, pero los miembros de sus comandos, su organización e incluso los métodos operativos son completamente nuevos. Las Fuerzas de Seguridad del Estado necesitarán todavía un tiempo para conocer a esta nueva ETA y conseguir los éxitos policiales que la pusieron contra las cuerdas hace dos años. Éste es el mensaje que el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, transmitirá a partir de hoy a los grupos parlamentarios.

El Ministerio del Interior es consciente de que, ante una ofensiva tan sangrienta como la que está desarrollando ETA, la demanda de resultados policiales se vuelve más apremiante. Por eso Jaime Mayor pedirá a la oposición que tenga "paciencia" y deje a los expertos antiterroristas trabajar a su ritmo, sin precipitar operaciones que aún no estén maduras a cambio de éxitos efímeros.Además, la situación es particularmente compleja. Los responsables policiales reconocen que ahora se sabe de ETA mucho menos que antes de la tregua, pues la banda aprovechó sus 14 meses de alto el fuego para renovar sus estructuras y el trabajo debe partir casi desde cero.

El propio ministro transmitió ayer este mensaje a la opinión pública al advertir, en declaraciones a Radio Nacional que "hay una ETA que está reorganizada" y las Fuerzas de Seguridad del Estado requieren tiempo para lograr "los resultados policiales que todos estamos deseando".

"Desde la desesperación y la precipitación", agregó, "ha activado una nueva estructura en la que están participando muchas más personas, más legales [no fichados por la policía] y liberados [a sueldo] incluso".

Reunión en La Moncloa

El pasado mes de julio, el presidente del Gobierno, José María Aznar, reunió en La Moncloa a los máximos responsables de la lucha antiterrorista: además de Mayor, el secretario de Estado para la Seguridad, Pedro Morenés, y los directores generales de la Policía, Juan Cotino; la Guardia Civil, Santiago López Valdivielso, y el servicio secreto Cesid, Javier Calderón, acompañados estos últimos por sus expertos.El objetivo de la cita era analizar el reto al que se enfrenta la sociedad española. Aunque no todos coincidieron en su análisis sobre la fortaleza de ETA, sí estuvieron de acuerdo en las dificultades con que tropieza la investigación policial. Entre otras razones, porque la banda está utilizando a numerosos legales, que compaginan una vida normal con la comisión de atentados. Estos terroristas no necesitan un sueldo de la banda ni tampoco pisos francos, pues viven en sus domicilios, y pueden pasar largos periodos inactivos.

En el terreno de la hipótesis, las Fuerzas de Seguridad creen que ETA cuenta al menos con un comando en Guipuzcoa -en realidad, todo un conglomerado de comandos al que se denomina complejo Donosti-, así como otro estable en Madrid y un tercero itinerante que depende directamente de la dirección en Francia. Se da por segura la existencia del comando Araba y se duda de que esté totalmente desarticulado el comando Vizcaya a pesar de las detenciones del pasado 3 de enero y de la muerte de cuatro etarras -incluido su jefe, Patxi Rementeria- al estallarles los explosivos que transportaban en un coche el pasado día 7 en Bilbao.

En cambio, se cree que no hay un comando en Navarra y se atribuye al Donosti el asesinato del subteniente Francisco Casanovas en Berriozar el día 9 de este mes.

También se piensa que los terroristas que mataron el 15 de julio en Málaga al concejal popular José María Martín Carpena y atentaron cuatro días después contra el socialista José Asenjo no están ya en Andalucía. Tampoco habría un comando estable en Aragón, aunque sí colaboradores de la banda.