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Putin reconoce el pésimo estado del "país entero"

Vladímir Putin aprendió la lección. El presidente no se quedó en su dacha, como se quedó en la playa durante la tragedia del submarino nuclear Kursk, sino que inmediatamente, a pesar de ser domingo, regresó a su despacho en el Kremlin. Desde allí, siguió todos los pormenores del siniestro desatado en la torre de telecomunicaciones de Ostánkino. Y ayer, a primera hora, convocó una reunión para analizar la situación creada y ver qué se puede hacer para restablecer las transmisiones televisivas en Moscú a la mayor brevedad posible. Al mismo tiempo, dio un diagnóstico realista de la catastrófica situación de Rusia: el incendio de Ostánkino, dijo, refleja el estado en que se encuentra todo el país.

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"Esta nueva situación de emergencia ha mostrado claramente en qué estado se encuentran las instalaciones vitales, en qué estado se encuentra el país entero", dijo Putin en su reunión con el Gobierno. Hay que garantizar la seguridad alrededor de la torre y el restablecimiento de las transmisiones, agregó el presidente. "Pero esto no debe distraernos de lo más importante, de los grandes problemas de la economía diaria. Precisamente de ésta dependerá que las situaciones de emergencia se repitan en el futuro o no", señaló Putin.

Estas declaraciones significan que, a pesar de la ola de tragedias ocurridas este mes, que muestran el deplorable estado en que se encuentra todo el país, Putin no seguirá el consejo de los comunistas y no cambiará su política económica. El presidente, a juzgar por todo, considera necesario continuar las reformas estructurales para poder sacar a Rusia de la crítica situación en que ahora se encuentra.

Guennadi Ziugánov, líder del Partido Comunista, había propuesto un "programa de salvación nacional de emergencia", después de la tragedia del submarino nuclear Kursk. Este programa, que prevé una mayor financiación de las Fuerzas Armadas, abogaba por la renacionalización de los recursos naturales y la restauración del control estatal sobre las principales compañías "privatizadas ilegalmente". Pero Putin ya ha dado orden de enviar el proyecto de presupuesto para 2001 sin aumentar la partida destinada a las Fuerzas Armadas, y el primer ministro, Mijaíl Kasiánov, ha reiterado que Rusia debe mantener sólo el mínimo de armas nucleares indispensables para garantizar su seguridad nacional.

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