TEORÍA DE LA CIUDAD
- Las banderas, los dioses y un señor de Murcia. Morella. Una ciudad a) bellísima y b) con una extraña característica: cualquier guerra que se ha producido en la Península, ha tenido su batallita o su carnicería en Morella. Para saber cuantas guerras ha habido en los últimos años, es suficiente hacer un censo de guerras en Morella. Lo hago. A mi me salen, desde los árabes, una docena de guerras. Lo cual suma 4.500 guerras europeas, si contamos las balcánicas. La tradición hispano-yuyu-gafe-guerrera es tan densa y amplia en Morella que ningún pitoniso entiende porque la bomba aquella cayó en Palomares y no en Morella. Bueno. Morella. Sexenni. La belleza de Morella sube dos grados. O tres si contamos lo que ha sucedido con la bandera que se cuelga en el castillo que preside la ciudad. En el último Sexenni, por lo visto, se consumieron muchas kilocalorías en discutir cuál era la bandera de la cosa. Había tres a elegir. La bicolor, la catalana y la de la Comunitat Valenciana, los tres estados nominales de la cuestión. Este Sexenni, antes de que se iniciara ese debate a piñón fijo, un chico listo ha colgado en el castillo una bandera con una M. Puede ser una M de María -por la Mare de Déu de Vallivana, ente por el que se hacen estas fiestas-, o de Morella -ente que hace estas fiestas-. En todo caso, frente, a las tres posibilidades de banderas, la M suponía algo más concreto. Es más, suponían lo concreto frente a lo abstracto. No se vayan. - La 'Mare de Déu' como metáfora. Y las ciudades, pues también. El pollo que firma estas líneas es un descreído. En la vida he creído en muy pocas cosas. Y Van Gaal y Núñez me hicieron, snif, abandonar esas mínimas creencias. En todo caso, y con la garantía o el lastre que supone la ausencia de fe, debo consignar que los cultos a la Mare de Déu son extraordinariamente extraños. Generalmente, por lo que he visto en todo el mundo, la Mare de Déu son cosas concretas. Ignoro como las culturas protestantes, sin vírgenes, aluden a lo concreto. Igual van y le llaman "lo concreto" y a otra cosa, mariposa. Ni idea. En todo caso, en la Europa católica y sudista, la Mare de Déu es un culto carnal. La gente que celebra la Mare de Déu celebra cosas reales. Verbigracia: en un pueblo al lado de Morella, me dicen que también hacen una procesión extraña a otra Mare de Déu. Los habitantes de ese pueblo se van a pie hasta un pueblo que está a E=MC2 kilómetros. El origen de esa romería data de hace siglos. Los habitantes del pueblo se quedaron sin mujeres. Se fueron con la Mare de Déu del pueblo a buscar mujeres. De pueblo en pueblo. Finalmente, en el que hoy en día finaliza la romería, las consiguieron. De manera que esa romería de la Mare de Déu demuestra que la vida son cosas concretas y sencillas. Como un hombre y una mujer. Otra cosa concreta y sencilla -y cada vez más exótica en la Península- que quizás representa estas fiestas de Morella y esa M colgada de un mástil en el castillo, es el culto a la ciudad. Las ciudades, contrariamente a otras entidades más abstractas, son también cosas concretas y sencillas. De hecho son hombres y mujeres. Sorprende que en la Península, como en la Península Balcánica, a todo el mundo le tiren más las entidades gansas, que uno nunca sabe del todo a qué banderas responden, que las ciudades. Hace 100 años, curiosamente, había más ciudades en la Península de las que hay hoy en día. Lo cual puede indicar que en la Península se ha optado progresivamente por opciones colectivas míticas y abstractas -Dios/Hare Krisna/naciones-, frente a otras más concretas -la Mare de Déu/ciudades-. Yo qué sé.
- Las ciudades y lo que queda de ellas. Bueno. Vuelvo a estar en mi balcón. Viendo la procesión. La procesión es, si se quiere, a) un homenaje a la Mare de Déu de Vallivana. Pero también b) una cosa con forma de procesión en la que van avanzando el Gremio de la Juventud, el de Tejedores, el de Labradores, el de Artes y Oficios, el de Industria y Comercio, la asociación de ciudadanos emigrados en Catalunya y la asociación de ciudadanos emigrados a otros destinos de la Vïa Láctea. Es decir, una ciudad. Quizás eso se visualiza más y mejor cuando por las calles de Morella, decoradas con adornos de papel, muy barrocos, desfilan una cosa que se llama els torneros. Supongo que son el símbolo de la ciudad. Son los morellanos que entran en quintas y tienen edad de liarla. Van vestidos como en una fiesta italiana del siglo XV -Italia: las ciudades-. Se mueven con lentitud, hasta que hacen un salto peligroso, casi mortal. Los Morellanos aplauden en ese momento esa chulería. Las ciudades son sitios concretos donde viven personas orgullosas de sus derechos. Es decir, de sus concreciones, no de sus abstracciones. Los ciudadanos -en Grecia, en Italia, en Morella-, son tipos más chulos que un 8. Tienen razones. Mañana me voy a un sítio extrañísimo. No me lo creo ni yo.
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