Observación
Hay un puente peatonal en la M-30, al norte del que es continuación de la calle de Costa Rica y que alarga ésta hacia la Gran Vía de Hortaleza por debajo de Arturo Soria. Yo utilizo diariamente este puente para ir desde mi casa a mi lugar de trabajo, y aprecio con la misma frecuencia su curvada línea esbelta y la espectacular vista que ofrece sobre la autovía madrileña.Hace ya más de un mes, cuando me fui de vacaciones, unos operarios habían comenzado la tarea de sustituir las barandillas metálicas que coronan el puente, por otras también metálicas, pero de diferente forma. El proceso debió de ser costoso, ya que, según lo vi al principio, no estaban instalando secciones prefabricadas de barandilla, sino que la iban construyendo sobre la marcha soldando tubos de diferentes secciones y formas. El procedimiento de soldadura era eléctrico, ése en el que se utilizan unas varillas de algún material metálico que se va fundiendo sobre las piezas a soldar con un dispositivo relacionado con la electricidad.
A la vuelta de mis vacaciones y otra vez reintegrado a la rutina de ir y venir de mi casa a la oficina y viceversa, al llegar al puente me llamaron la atención dos cosas: 1. La barandilla estaba terminada y había quedado muy aparente. 2. El suelo de cemento del puente estaba cubierto por abundantísimos restos de varilla de soldadura. Seguí caminando, satisfecho con el nuevo aspecto del puente, pero con una preocupación de fondo que al rato pude determinar.
El puente se alza sobre la M-30 a una altura que no conozco exactamente, pero que es apreciable (calculo, a ojo, que será alrededor de los 10 metros), por debajo pasan constantemente vehículos, en ocasiones a velocidades altas. ¿Cuál sería el resultado de que alguien, accidental o voluntariamente, hiciese caer uno de esos residuos de soldadura (se trata de piezas metálicas rígidas de entre cuatro a 10 centímetros de longitud y de un grosor cercano a los dos milímetros) desde lo alto del puente, y éste impactase en el cristal parabrisas de uno de los vehículos que circulan por debajo?-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.