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ASTE NAGUSIA

Competidores, pero bien avenidos

Las pirotecnias Martarello y Hunan Huayi Daxing disputan en el cielo tras compartir gastos y experiencias

Fuegos "calientes"

Nadie imaginaría el caos que deja detrás el bello espectáculo de fuegos artificiales que cada noche de fiestas se ofrece desde las campas de Mallona a todo Bilbao. Tras unos 25 minutos de traca en los que se llegan a quemar cerca de 1.500 kilos de pólvora negra, el suelo queda cubierto de miles de papeles, cuerdas, cables, cilindros metálicos, sacos de arena,... Y en ese mismo escenario, muy similar a un campo tras la batalla, trabaja la siguiente casa pirotécnica, porque los fuegos no paran en los nueve días de la Aste Nagusia.En ese caótico escenario montaban ayer su espectáculo las pirotécnias Martarello y Hunan Huayi Daxing preparando los fuegos que por la noche iban a ofrecer los chinos en lo que sería su actuación en el Gran Premio Internacional de Fuegos Artificiales Villa de Bilbao.

Puede sorprender que los italianos, que lanzaron el lunes con gran éxito, estén ayudando a los que se supone sus rivales, pero Vincenzo Martorello, el dueño de la pirotecnia italiana, lo explica fácilmente: "Cuesta mucho dinero traer la mano de obra y el material necesario, sobre todo desde China, así que nos ayudamos mutuamente". Y es que el presupuesto total que da el Ayuntamiento a cada participante en el concurso asciende a 4.200.000 pesetas. Por eso un ahorro en los gastos supone lograr mayores beneficios para las empresas.

Shao Niang Zhang dirige la firma china. Vienen de Liu Yang, en la región de Hunan. Esta ciudad, como explica el propio Martarello, "es el corazón de la pirotecnia mundial, que ya de por sí está en China". De sus 1.200.000 habitantes, 400.000 trabajan en alguna de las 700 compañías relacionadas con esa técnica que existen en la ciudad.

La empresa de Zhang es muy reciente, nació en 1998, pero la tradición le viene de mucho más atrás. El descubrimiento de la pólvora negra, que supuso el nacimiento de los fuegos artificiales modernos, se sitúa en China en el siglo IX, desde donde viajó a Europa. Sin embargo, Martarello bromea con Zhang: "No está claro si Marco Polo trajo a Europa la pólvora o viceversa".

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El caso de la pirotecnia Martarello es distinto. La empresa fue creada por su abuelo en 1921 y él lleva más de 30 trabajando en ella. Quizá esto explique por qué Martarello tarda una hora en diseñar el espectáculo y "unos cuatro días en prepararlo en los talleres para poder montarlo aquí en dos días", mientras que Zhang asegura tardar cerca de una semana en idear y preparar los fuegos, aunque el tiempo de montaje es el mismo.

Tanto Zhang como Martarello explican que la pirotecnia está en constante evolución. "Siempre hay cosas nuevas que se descubren y que se aprenden. Todos somos maestros en esto, tanto los buenos como los malos, nos fijamos en lo que hacen los demás y, si podemos, lo mejoramos". Y las novedades son mayores cuando se enfrentan dos escuelas tan distintas como la italiana y la china.

Martarello define los fuegos italianos como "calientes, con mucho ruido, mucho efecto. Usamos carcasas cilíndricas, que llevan hasta 20 kilos de pólvora. Nuestras carcasas son más complicadas. El sistema chino es más parecido al español", afirma. Los chinos, por el contrario, usan carcasas esféricas, que cargan unos 12 kilos. Por eso su espectáculo no se centra tanto en la abundancia como en un mejor dibujo de las formas y en un mayor cuidado del cambio de color. "Es que eso requiere mano de obra y claro, la tienen más barata", afirma Martarello mientra Zhang ríe.A Zhang le gustó mucho el castillo de los italianos. Habían oído hablar de las carcasas cilíndricas, pero no las habían visto. También les ha agradado la rítmica del sonido, que Martarello reconoce cuidar mucho. Por eso piensan añadir las novedades a su espectáculo. A Martarello le gusta de los chinos el uso de carcasas con otras más pequeñas dentro, que consiguen el efecto de fuegos saliendo de otros fuegos. Y las baterias, algo que sólo hacen los chinos "En cajas de cartón meten unos 300 disparos que salen todos en menos de medio minuto. El conjunto es de mucho ruido y color".

Martarello también contempló los fuegos que lanzaron el sábado, abriendo el concurso, los valencianos Zamorano Caballer. "La pirotecnia española se parece más a la china que a la italiana. Trabajan más el color que el efecto. Para mí, si ya hemos enseñado el amarillo, no insisto. Me lanzo a crear efectos, gusanos que bajen lentamente, serpentinas con trueno, un fuego rojo que desaparece y vuelve a aparecer... Incluso tratamos de dibujar un Mickey Mouse, pero no resultó porque salieron los disparos demasiado seguidos".

Quizá por esa preocupación por la técnica y la rítmica del ruido la empresa pirotécnica de Martarello ha ganado ya en dos ocasiones el primer premio de Bilbao, "y en el 96 participamos los ganadores de los cinco años anteriores, por lo que se podría decir que soy campeón del mundo, ¿no?", afirma medio en broma, medio en serio.

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