Protesta civil, silencio oficial

El ministro principal de Gibraltar, Peter Caruana, reaccionó en cuanto vio que la población se iba aglutinando en contra de que se empezara a trabajar alrededor del reactor nuclear del submarino Tireless.En España, las protestas han estado vehiculadas en todo momento por los municipios colindantes o las aosciaciones ecologistas como Greenpeace o Agaden.

Los reproches de Caruana han forzado al menos el retraso del comienzo de los trabajos, momento en el que se incrementará elpeligro. Por su parte, el Gobierno español se limita una y otra vez a asegurar que cree las versiones de los británicos y no han realizado ningún tipo de protesta oficial, a pesar de que el buque está a menos de un kilómetro de más de 100.000 españoles y no hay plan de emergencia.

El silencio oficial ofende especialmente en los municipios de la bahía de Algeciras, que ya salieron a la calle para protestar por la presencia del sumergible en aguas de La Roca y que ahora, después de ver la fuerza de la protesta gibraltareña, se cuestionan lo que se podría haber logrado con una postura más firme del Ejecutivo central.

Los ayuntamientos de la zona consideran que, aunque no suceda nada, la imagen de la comarca quedará estigmatizada por la presencia del submarino averiado. Ya es para ellos bastante incómoda la presencia de submarinos nucleares y con armas atómicas en la zona (el miércoles atracó el estadounidense Annapolis en Gibraltar), pero el riesgo de accidente puede ser la puntilla para una zona bastante deprimida y que ha apostado por el turismo como salida económica.