Polémica para 'Comedias bárbaras'
El director teatral Calixto Bieito ha abandonado Edimburgo tras el estreno, el pasado lunes, de su versión de Comedias bárbaras, de Valle-Inclán, dejando tras de sí la polémica que el montaje ha desatado entre la prensa británica, que no ha dudado en calificarlo de excesivo, violento y brutal en las explícitas escenas de sexo y violación. Ayer, el crítico del Financial Times titulaba así su crónica del espectáculo: Sexo, violencia y fanfarronería, y asegura que el problema del montaje es la "calidad y no la cantidad de sexo". "Vacío de contenido, el montaje es truculento, adolescente y agresivo". El crítico dice que la culpa de todo ello no es de los actores, "sino del festival por haber encargado la dirección de la obra a Calixto Bieito".El rotativo escocés The Scotsman censura la "excesiva duración" de las escenas de sexo. "Jamás había visto un espectáculo tan explícito en ese sentido", dice el crítico, y se interroga por el futuro del actual director del festival, Brian McMaster, quien declaró sentirse "encantado" por la polémica acogida, porque "un teatro complaciente es un teatro muerto". Bajo el título Sexo brutal y ordinario, el Times incluye un escandalizado texto de la corresponsal Dalya Alberge en el que califica a Comedias bárbaras como "la obra más impactante" presentada en los 54 años de historia del festival. Benedict Nightingale, el crítico oficial del Times, vincula el trabajo de Bieito con Genet y Buñuel, pero se muestra igualmente disgustado por los "excesos" del espectáculo, preguntándose si podrá aguantar las dos semanas previstas en el King's Theater de Edimburgo. La crítica más sensata corresponde a Michael Billington, del progresista The Guardian, que acepta las "osadías" del texto, aunque se interroga sobre la dificultad que supone su "asimilación" para el público inglés.
"Parece que los críticos", dice Calixto Bieito, "se han mostrado sorprendidos de que la trilogía no sea todo lo divertida que prometía el título, agarrándose a lo de Comedies y, de paso, olvidando lo de Barbaric. No hay nada en el montaje que el público no vea cada día en el cine o la televisión, aunque en el fondo comprendo su reacción, porque Valle-Inclán nació polémico y sigue siéndolo 70 años después de muerto".
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