La joven bailaora Maripaz Lucena triunfó en su tierra

En los meses de julio y agosto se ha venido celebrando en Granada la II Muestra Andaluza de Jóvenes Valores del Baile Flamenco. En ella han intervenido hasta el momento artistas noveles como Manolo Liñán y Lucía Guarnido; Edu Lozano y María José González; Álvaro Paños y Sabrina Romero; o Pedro Córdoba y Mercedes Ruiz, que demuestran que Granada sigue siendo tierra de bailaores. Los responsables de la administración local y autonómica en esta provincia parecen estar dispuestos a reforzar dicha tradición. El pasado miércoles les llegó el turno a otros dos jóvenes bailaores: Maripaz Lucena y El Téllez.El Patio del Carbón, edificio del siglo XIV, único de estas características que queda en la capital granadina, fue nuevamente el lugar elegido por el certamen para acoger este espectáculo. A las 22.30 comenzó la actuación con una farruca a dos guitarras en la que Pepe Maya y Juan Serrano mostraron un alto nivel y muy buen gusto. A continuación subieron los dos cantaores del cuadro y se arrancaron por toná. Sebastián Román destacó desde un primer momento por su voz afillá y por su conocimiento de los cantes al interpretar una toná grande y otra chica. De este modo, con todos los miembros del grupo sobre el escenario, llegaba el baile de la mano de la granadina Maripaz Lucena y de El Téllez, un joven bailaor de Jerez de la Frontera.

La seguiriya interpretada a dúo careció de la jondura y profundidad esperadas, sobre todo en un remate por bulerías que deslució todo el montaje del primer baile. Sin embargo, las alegrías interpretadas a continuación por El Téllez enmendaron un poco la plana, ya que el de Jerez se movió con soltura sobre el escenario y dejó clara su denominación de origen. El remate por bulerías desvirtuó una vez más lo conseguido.

Fue entonces cuando la guapa bailaora granadina se subió de nuevo para bailar por soleá, con mayor soltura y profundidad que en su primera intervención. No obstante, los cambios desde la soleá a la soleá por bulería, para terminar volviendo a la soleá y nuevo remate por bulerías, evidenciaban la última tendencia de estos jóvenes a la hora de montar las coreografías que, por su estética cambiante, despista a parte del público. La predisposición de Maripaz a no subir los brazos puso de relevancia cuáles son sus asignaturas pendientes. Esperemos que El Güito, su actual maestro, sepa guiarla en estos menesteres, ya que porte y clase le sobran a la granadina.

Las permanentemente presentes bulerías pusieron el punto y final a una hora de buen baile, en la que el escenario elegido y el buen hacer de Sebastián Román al cante tuvieron mucho que ver.