La base naval de Severomorsk se prepara para lo peor

La calma superficial que domina la base naval de Severomorsk, en el lejano norte de Rusia, no ocultaba ayer el sentimiento de horror entre los habitantes del lugar. Cerca de allí, en algún lugar del mar, luchando contra un tiempo tormentoso, los barcos de rescate intentaban desesperadamente salvar a los 118 marineros atrapados en un submarino en el Ártico desde el fin de semana.Para los miembros de los equipos de rescate en el mar de Barents, cada segundo cuenta mientras las reservas de oxígeno del submarino se agotan. En realidad, el pueblo se prepara para lo peor. No hay listas de los nombres de los que se hallan a bordo, pero el Gobierno ruso asegura que ha avisado a los familiares. Dentro del pueblo, que está cerrado a los civiles que no tengan un permiso especial, todos los corazones estaban con los marineros. "Por supuesto que estamos muy preocupados; es todo malo, todo lo que está ocurriendo es malo", decía Valentin Yfimova, un vecino.

Severomosk, base de la Flota del Norte, de la que forma parte el Kursk, es un pueblo naval. Fundado hace más de 50 años, debe su existencia a la flota y la mayoría de la gente tiene familiares que han servido o sirven en el mar. "Lo principal ahora es salvarles, y después pensaremos en las causas", dice Platon Suvorov, un oficial naval.

Casi todo en este pueblo está relacionado con la Armada. La sede de la Flota del Norte, un edificio cuadrado que se levanta sobre una colina, domina la arquitectura. Y una gran estatua de un marinero desafía al mar.