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Triadú invita en Prada a sacar partido de la globalización manteniendo la identidad nacional

"Prada simboliza la síntesis de nuestra realidad nacional como un lugar que refleja cómo la gente de habla catalana se identifica con una lengua, una cultura, un territorio, una manera de hacer, de pensar y de sentir". Así abrió ayer el consejero de la Presidencia de la Generalitat, JoaquimTriadú, la 32 edición de la Universidat Catalana d'Estiu que se celebra cada año en Prada de Conflent (sur de Francia). Junto a Triadú asistieron a la inauguración en el liceo Renouvier, el presidente de la Fundación UCE, Manuel Castellet, su rector, Miquel Porter i Moix y los alcaldes de Prada, Pau Blanc, y de Perpiñán, Joan-Pau Alduy.La globalización centró el discurso inaugural. En una nueva vuelta de tuerca sobre el ámbito que más debate motiva en todo tipo de foros desde hace meses, el consejero quiso abrir esta convocatoria con un discurso sobre la globalización, analizada en clave nacionalista. Desafiando las teorías que auguran una homogeneización imparable como consecuencia de la globalización, Triadú trató de espantar el fantasma de la uniformización cultural apostando por una adhesión a la modernidad sin renunciar a los rasgos de identidad nacional. "Según el profesor Manuel Castells, el mundo avanza hacia encontrar el equilibrio entre la red y el yo, pero para navegar por la globalidad es necesario un referente y ese referente es la identidad", señaló Triadú.

En opinión del consejero, "las pequeñas naciones, con o sin estado" pueden sacar partido de la mundialización económica si no olvidan "que su competitividad no es sólo un problema técnico sino también de convivencia, de autoestima y de mantener una personalidad definida". "Es lo que nosotros intentamos en los Países Catalanes, a pesar de tener un insuficiente poder político", añadió Triadú.

A la apertura del curso asistieron cientos de alumnos matriculados este verano, en su mayoría jóvenes procedentes de Cataluña, Comunidad Valenciana e Islas Baleares, que aplaudieron el tono reivindicativo que Triadú imprimió al tramo final de su discurso: "Ser nacionalista no es otra cosa que defender algo que es un derecho inalienable fundamental e irrenunciable. Reclamo para los nacionalistas la legitimidad que nos da el hecho de serlo, tener una vision del mundo plural, diversa, democrática, basada en los principios de equidad y de justicia social".

Durante la inauguración se tuvo muy presente el diálogo entre Cataluña del norte y Cataluña del sur. El alcalde de Perpiñán, Joan Pau Alduy, hizo un balance positivo de la "política catalana" impulsada desde su ayuntamiento. Alduy aseguró haber hecho un esfuerzo "para recuperar el déficit nacional" que constató a su llegada a la alcaldía e intentar promover las relaciones "entre el norte y el sur". También se refirió a la progresiva rotulación bilingüe de las calles (en catalán y en francés) y el impulso del bilingüismo. "En el aspecto social", dijo: "Perpiñán ha reencontrado su orgullo de ser catalana".

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