"No quiero ser solamente un producto de temporada"
Una sonrisa para todo. Raúl, 22 años, tiene un carácter a prueba de monótonas sesiones televisivas, además de una pinta de niño bueno que no rompe un plato. Su carrera ha surgido de manera meteórica y las cosas van tan rápido que aún le cuesta asimilarlo. Sin embargo, el chico rinde por tres: "Hay que tratar bien a la gente. No le hago el feo a ningún fan que me espera horas a la puerta de un hotel para que le firme un papel. No sería justo".En lo que todos están de acuerdo es que el chico tiene un chorro de voz y una energía fuera de serie. Se le entrevista entre dos conciertos, a caballo de un automóvil que a veces sirve de cama... para dormir: "El verano se ha presentado con tanto trabajo que no sé cómo voy a acabar. A la promoción del disco se han sumado las televisiones y un montón de conciertos por toda España". La canción Sueño su boca (sello Horus) ha sido un fenómeno de superventas. El primer sencillo se agotó en toda España a los pocos días de salir. Contenía dos mezclas de muy diferente acento, pero ambas muy bailonas: una de aire latino y otra en cuerda dance. Ahora, las dos se oyen sin parar en la radio y el vídeo vuelve a las cadenas: "Se nos ve encantados, pero lo grabamos con un frío que pelaba", recuerda Raúl, y apunta: "Lo de ser la canción del verano, claro que me gusta, pero yo no quiero ser solamente un producto pasajero, una canción que suena un mes y se olvida". Así se expresa un chico de Vitoria que empezó solo a confeccionar sus maquetas y al que alguien oyó una vez. "Ha sido así de sencillo. La discográfica oyó una maqueta y confió en mí. Fue tan acelerado todo que buscamos las canciones a toda prisa y así hicimos el disco". Raúl no ha querido incluir ninguna composición suya en este primer álbum: "No creo que cupieran allí mis propias letras. Las canciones que hago son muy mías, muy íntimas y todavía no es el momento de sacarlas".
En la profesión, ya tiene fama de serio y de entregarse a fondo en los conciertos: "No sé hacerlo de otra manera. Me entrego totalmente sobre el escenario porque me debo al público; si alguien paga por oírme, debe salir satisfecho. Lo de la canción del verano es anecdótico: hay que trabajar".
En Vitoria, su ciudad natal, Raúl desde muy chico empezó ayudando a su madre en un negocio familiar. "Mi padre murió y eso lo cambió todo. Enseguida tuve que ayudar. Allí, cuando podía, ya empezaba con la música, que es mi pasión y es mi vida". Vitoria se le queda ya un poco pequeña: "Es mi ciudad, la quiero, tiene una escala maravillosa para vivir. Pero profesionalmente, para la música es muy limitada. El asunto se cuece en Madrid. Aunque siempre que puedo me escapo a estar con mis amigos".
El segundo sencillo de Raúl, Baila, va por el mismo camino del primero: "En las mezclas apuntamos más por lo latino. A mí me gustan mucho los ritmos del Caribe, más que las máquinas. La máquina está bien un rato, pero agobia". La situación del País Vasco no le deja indiferente: "Es duro y terrible. Nadie puede quedarse quieto ante esa gente que no sabe ni por qué mata".
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