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OLIMPISMO El veto a una campeona del mundo

Un español dio jaque por Cuba

Francisco José Pérez jugó dos olimpiadas de ajedrez con el país caribeño en los sesenta

Leontxo García

El caso de Niurka Montalvo, pero al revés: Francisco José Pérez (1920-1999), cuatro veces campeón de España, defendió a Cuba en dos Olimpiadas de ajedrez, un deporte muy popular en el país caribeño -y con claro simbolismo político-, tras casarse con una cubana. Antes había participado con la selección española en otras dos ediciones de esa competición. Su especialidad eran las partidas a la ciega: llegó a jugar 25 simultáneas.Nacido en Málaga, de padre cubano e ideología socialista, Pérez fue invitado por los organizadores habaneros del torneo Memorial Capablanca (legendario campeón del mundo en 1921) de 1962, pero la Federación Española de Ajedrez prohibió el viaje por motivos políticos. Viajó a pesar de todo, y le cayó una sanción de tres años.

En realidad, el castigo le hizo poca mella: se enamoró de una cubana y fue agasajado por las autoridades locales en plena efervescencia revolucionaria. El Che Guevara era un ajedrecista de alto nivel, Fidel Castro también practicaba el deporte mental, y el eco de los éxitos de Pérez había llegado hasta La Habana: campeón de España en 1946, 1948, 1954 y 1960, protagonizó una asombrosa exhibición sin ver las piezas en el Círculo Mercantil de Madrid el 25 de marzo de 1956; 25 partidas simultáneas, 20 victorias, cuatro empates y una derrota; al acabar, no se tenía en pie. Los cubanos le trataron a cuerpo de rey, con gastos pagados durante más de un año en el Hotel La Habana Libre; más tarde, le asignaron un piso en el número 666 de la calle Aranguren.

Dos de sus amigos españoles, Joaquín Pérez de Arriaga y Luis Eceizabarrena, le recuerdan como "una persona culta, excelente pianista y poseedor de una gran biblioteca de ajedrez". Pronto se hizo muy popular en Cuba, con cuya selección disputó las Olimpiadas de ajedrez (equivalentes a un Mundial por naciones) de Varna (Bulgaria) en 1962 y Tel Aviv (Israel) en 1964. Antes había jugado por España en las de Múnich (RFA, 1958) y Leipzig (RDA, 1960). Además, trabajó como profesor de ajedrez en la Universidad de La Habana, entrenador y periodista deportivo. Ricardo Calvo, organizador del Congreso Mundial de Ajedrez (Madrid, 1988), le invitó a participar en este evento, pero el INDER (organismo cubano equivalente al Consejo Superior de Deportes) no le permitió viajar. Tampoco pudo recibir una pensión española de 260.000 pesetas, una pequeña fortuna en Cuba, heredada de su padre (militar de profesión), hasta que Javier Ochoa de Echagüen, presidente de la Federación Española de Ajedrez, arregló el problema en 1998, a través del embajador español en La Habana. Pérez, quien conservó la doble nacionalidad, quería invertir parte del dinero en viajar a Madrid para jugar el Campeonato de España a los 79 años. Pero no pudo dar ese último jaque: murió en Cuba a finales de 1999.

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Sobre la firma

Leontxo García
Periodista especializado en ajedrez, en EL PAÍS desde 1985. Ha dado conferencias (y formado a más de 30.000 maestros en ajedrez educativo) en 30 países. Autor de 'Ajedrez y ciencia, pasiones mezcladas'. Consejero de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) para ajedrez educativo. Medalla al Mérito Deportivo del Gobierno de España (2011).

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