La familia del niño muerto en Rodonyà se queja de que no se le ha permitido ver el cadáver

La familia de Zouher Rajoui, el niño de ocho años hallado muerto la semana pasada en un pozo de Rodonyà (Alt Camp), expresó ayer sus quejas por la lentitud de los trámites para el traslado del cadáver del pequeño a Marruecos y por el hecho de que el juez le haya impedido ver el cuerpo del niño. El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Valls dictaminó ayer la ampliación de las pruebas forenses practicadas al cadáver del niño, que, según las primeras investigaciones, murió de forma violenta.Noureddine Hathout, tío del niño y portavoz de la familia, expresó las quejas por el hecho de que se esté retrasando el traslado del cadáver del pequeño a Nador (Marruecos), así como que no se haya permitido a los padres que vean el cadáver de su hijo más allá de la cabeza. De acuerdo con los preceptos musulmanes, el cuerpo del niño debería lavarse antes de ser introducido en un ataúd, algo que las autoridades judiciales tampoco han permitido.

La familia también critica el hecho de que la toma de declaración a testigos de la comunidad marroquí del pueblo se ha realizado sin traductor rifeño, cuando el nivel de castellano o catalán de los emigrantes es precario. "Lo único que se solicita es que este caso se trate como otro cualquiera", señala Hathout.