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Entrevista:CARLES GASÒLIBA - EUROPARLAMENTARIO POR CIU Y PRESIDENTE DE LA LIGA EUROPEA DE COOPERACIÓN ECONÓMICA

"Mas es la garantía de entendimiento en CDC"

Pregunta. ¿Considera normal que a las puertas de un congreso las familias de Convergència vayan tomando posiciones?Respuesta. Sí. Pero lo más importante es que se haga con transparencia y abiertamente.

P. Pero esta situación era inusual en el partido.

R. En CDC han existido siempre diversas sensibilidades y formas de opinión. Convergència se llama así precisamente por esto, porque ha tenido desde su fundación un espíritu aglutinador de diferentes ideologías. Gente que nos reencontramos sobre todo por nuestra voluntad de servicio al país, Cataluña, con una idea que hoy todavía sigue vigente: la de ser pal de paller.

P. Usted es una de las cabezas visibles de una de estas familias, Catalanisme i Progrés, que agrupa al sector moderado. ¿Por qué marcarse tanto?

R. Debido a este deseo de transparencia, de diálogo abierto que debe presidir la vida política. He participado activamente en la preparación de todas las campañas electorales, lo que me ha permitido conocer las inquietudes de la sociedad catalana respecto a la política, al futuro del partido y de la coalición. Me ha parecido positivo participar en este debate y contribuir con mi experiencia.

P. Cuando uno se inscribe en una plataforma, lo hace en contraposición a algo o a alguien.

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R. O bien para establecer un diálogo desde lo que uno cree que deberían ser las líneas directivas del partido. En Catalanisme i Progrés, por ejemplo, hemos huido de los debates nominalistas. Y el posicionamiento ya se ha expresado y es, ante todo, moderado. Pretendemos seguir ocupando una posición central en la sociedad y, desde luego, hacer progresar al partido en las próximas elecciones. Hemos tenido buenos resultados, pero, si los comparamos con anteriores contiendas, obviamente hemos retrocedido. Y se trata de recuperar nuestros niveles más altos.

P. Si reivindica la recuperación de la centralidad es porque se ha perdido.

R. En las elecciones de marzo una parte de nuestro electorado tradicional se abstuvo. Debemos recuperar la confianza de estas personas. Afortunadamente, todavía quedan unos cuantos años por delante, y si hacemos bien las cosas, podemos conseguirlo.

P. Habría algunas razones por las que esta gente dejó de votar a CiU.

R. Hay una razón general compartida por sociólogos y analistas, que es el desencanto hacia la política en general. Y puedo suponer que el votante no encontró en CiU la misma sensibilidad que en anteriores convocatorias electorales.

P. Usted es uno de los fundadores de CDC. ¿Cree que ahora se ha agigantado la distancia entre militancia y electorado?

R. Este fenómeno se ha producido por la tranquilidad que hemos dado a la sociedad catalana. En estos 20 años de gobierno nuestra contribución política, en Cataluña y en España, ha sido fundamental para la estabilidad social y para el progreso económico. Y quizá esa especie de serenidad ha hecho que la gente se sintiera menos tensa, más tranquila, y la ha llevado a alejarse del interés político.

P. Pero, en Convergència, mientras la dirección y la militancia optan por planteamientos más soberanistas, la base del electorado sigue siendo centrista.

R. Hay una orientación que se concreta en la Declaración de Barcelona, que intenta intensificar el mensaje de que el Estado español tiene una estructura plurinacional, plurilingüística y pluricultural. Es un compromiso al que la dirección de CDC ha dedicado mucho esfuerzo. Pero esta orientación ha quedado mitigada por la mayoría absoluta del PP. Lo que ocurre es que la sociedad catalana no considera prioritario este tipo de mensaje. Lo hemos visto en las diversas campañas.

P. En la ponencia política de Artur Mas, ¿usted y Joan Puigdollers han puesto el seny ante tanta rauxa soberanista?

R. En primer lugar, el señor Mas tiene mucho seny. Nosotros hemos hecho las aportaciones de forma abierta y transparente en la línea que marca Catalanisme i Progrés. Pero en las reuniones no he observado grandes discrepancias, al contrario. En CDC, nuestra base común es Catalunya primer, y en eso todos estamos de acuerdo. Ha habido una voluntad de diálogo y de ofrecer, a partir del congreso, una base de entendimiento muy amplia, no únicamente dentro de CDC, sino capaz de motivar al grueso de la sociedad catalana, de recuperar ese interés que se había perdido en las últimas elecciones.

P. Aparte del seny, ¿qué más ha hecho Artur Mas para ser elegido secretario general?

R. Mas tiene una larga trayectoria política, en el Ayuntamiento de Barcelona y como consejero. Y además es joven, lo que significa una garantía cuando se habla de renovación. Y forma parte del secretariado y preside la asamblea de Barcelona. Por tanto, tiene la plena confianza del partido. También es una garantía el haber sabido recoger, en la ponencia del congreso, las distintas sensibilidades que hay en el partido y encontrar fórmulas de consenso.

P. O sea que Artur Mas ya tiene asegurado su voto.

R. Ya he dicho que el trabajo de Mas en la ponencia nos da la garantía de ofrecer a partir del congreso y como secretario general una base amplísima de entendimiento en CDC.

P. Recientemente usted ha sido elegido presidente de la Liga Europea de Cooperación Económica . ¿Qué objetivos se marca?

R. La LECE, que es una institución impecable desde el punto de vista europeísta y es consultora de la ONU y de la Comisión Europea, ha tenido un papel decisivo en convencer a los distintos estados sobre los beneficios de la integración económica. Lo primero que constato es la voluntad de continuar en esta línea europeísta y económica. Lo segundo, como presidente del comité español de la LECE, es la dimensión mediterránea. La tendencia natural en el futuro será fijarse en la ampliación de la UE, pero no hay que olvidar los problemas con el Mediterráneo, de cooperación económica o de contribución al desarrollo. Sería necesario reforzar la dimensión española de la LECE y revitalizar el comité portugués. Con Portugal debemos desarrollar proyectos conjuntos porque nos interesa como socio para formar un frente mediterráneo o del sur en la UE.

P. ¿Cree que el Gobierno español ha dejado en segundo plano la política euromediterránea?

R. Creo que sí. Sería injusto decir que no se preocupa de los temas mediterráneos; en muchos de ellos ha buscado alianzas con Italia, Francia o Portugal. Pero es evidente que no ha habido una acción prioritaria, contrariamente a lo que se aseguró tras la conferencia de Barcelona. Y previsiblemente esto tendrá su coste, ya que la actual presidencia francesa organizará una nueva conferencia en noviembre en Marsella. Y así como ahora en todas partes se habla del proceso de Barcelona, a partir de finales de año se hablará del de Marsella. Se lo hemos puesto demasiado fácil.

P. Usted renunció a encabezar la lista al Parlamento Europeo a cambio de que el presidente de la Generalitat le nombrara consejero en asuntos europeos.

R. Efectivamente, en un momento se planteó así, pero tras las elecciones, y de acuerdo con Jordi Pujol, decidimos que continuaría en Bruselas.

P. La discreta presencia de Pere Esteve en el Parlamento Europeo le ha permitido a usted adquirir un mayor protagonismo.

R. Como secretario general de CDC, Pere Esteve ha tenido la más alta responsabilidad en las elecciones al Parlament y al Congreso. Tras los comicios, su presencia fue más intensa, y cuando abandone la secretaría general, lo será mucho más.

P. Con vistas a la ampliación de la UE es necesaria una reforma del Parlamento, si no, podría convertirse en una macroestructura, fagocitada por la excesiva burocracia y por la falta de competencias de control del Ejecutivo.

R. No estoy de acuerdo. El Parlamento, según el tratado de Amsterdam, no pasará de 700 diputados. Ahora somos 626. Tiene una estructura compleja, pero eso no impide un juego político importante, mucho más que la percepción que se tiene desde fuera. En lo que sí coincido es en la necesidad de reformar el estatuto del parlamentario, porque el actual sistema de sueldos y dietas se presta a todo tipo de especulaciones y eso no es bueno para los parlamentarios, ni para la opinión pública, ni para la necesaria transparencia que debe ofrecer una institución democrática. Que conste que el problema es de los estados, pues se perdería el cordón umbilical, ya que el eurodiputado está adscrito a su Parlamento. La segunda reforma se refiere a incrementar nuestro papel político de control y participación en las decisiones del Ejecutivo. Es verdad que a nivel europeo hay más competencias y que hemos alcanzado unas metas importantísimas, pero este gran avance no se ha realizado siguiendo el esquema del europeísmo clásico, sino que se ha producido a base de un control de los estados. Respecto a los cambios en el Parlamento, cabe advertir que las posibilidades de Cataluña se van a reducir bastante pues con la ampliación disminuirá el número de eurodiputados. CiU tendría que replantearse su inserción en partidos europeos, tanto territorial como ideológicamente.

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