El PNV advierte a ETA y al PP de que no va a variar su política pese a los nuevos crímenes

El PNV mantiene su intención de no cambiar de estrategia, pese a que ETA haya recrudecido en la última semana su ofensiva, con tres atentados en 27 horas. La ejecutiva nacionalista, que se reúne mañana en San Sebastián, mantiene en toda su validez lo dicho en Mutriku (Guipúzcoa) el 31 de julio, antes de los últimos asesinatos, tanto por su presidente, Xabier Arzalluz, como por su portavoz, Joseba Egibar. Ambos advirtieron a ETA de que Lizarra y la colaboración con HB no se reactivará mientras persista la violencia. Y al PP, de que sus ataques no van a hacer que varíen "el rumbo marcado". Con todo, el PNV no renuncia a explorar "vías de negociación política" sobre la paz con EH y va a tender puentes al PSE.

Contactos congelados

"El discurso de Mutriku sigue plenamente vigente", declaró Egibar a este periódico. Allí, tanto Egibar como Arzalluz aseguraron, dos días después del asesinato del ex gobernador civil de Guipúzcoa Juan María Jáuregui, pero antes de los últimos crímenes, que el desafío de los terroristas no les iba a hacer "cambiar de rumbo". Desde esa fecha, ETA ha asesinado al presidente de la patronal guipuzcoana, José María Korta, hombre muy próximo al PNV, y al subteniente Francisco Casanova, y ha puesto un coche bomba en Madrid.Egibar aseguró que, "con la gravedad que incorporan los nuevos atentados de ETA, ese discurso del PNV está plenamente vigente". Los nacionalistas mantienen congelados el Pacto de Lizarra y los foros nacionalistas que de él han surgido por la negativa de la izquierda abertzale a condenar la violencia de ETA, pero no renuncian al diálogo con EH. "Seguiremos explorando la vía del diálogo y la negociación política" si eso sirve para "preparar el camino de la paz", ratificó Joseba Egibar. El portavoz del PNV y el propio Arzalluz tienen anunciada una rueda de prensa para mañana en San Sebastián, tras la reunión del EBB, la ejecutiva nacional peneuvista, que ratificará las líneas generales de la actual estrategia del partido.

Desde que ETA asesinó el pasado 15 de julio al concejal del PP de Málaga José María Martín Carpena, Arzalluz sólo ha comparecido en público en dos ocasiones -la última, la citada de Mutriku-, y en ambos casos, junto a las críticas a ETA, su mensaje ha ido directamente contra el PP y el Gobierno de Aznar.

La consigna oficial del PNV es aguantar, sin renunciar a ninguno de los principios que guían al partido, reunidos en la ponencia Ser para decidir, que aprobó su Asamblea Nacional en enero y que marcó el giro hacia el soberanismo. El problema para el partido es que, tras la ruptura del acuerdo de colaboración parlamentaria con EH, el lehendakari, Juan José Ibarretxe, se ha quedado sin apoyos que le sustenten. Una situación que se puede agravar si en septiembre EH decide, como ha apuntado, que va a dejar de acudir a la Cámara vasca.

Los contactos entre el PNV y Euskal Herritarrok están congelados y la última reunión que ambos partidos y EA tenían prevista para julio se ha suspendido sin fecha. El portavoz de EH, Arnaldo Otegi, aseguró esta misma semana que va a utilizar todos los mecanismos a su alcance para forzar una reunión de los tres partidos nacionalistas, pero la cita, según ratifica Egibar, ni se ha producido ni siquiera ha sido convocada. Ese llamamiento de la marca electoral de HB corre parejo con sus acusaciones a los peneuvistas de indefinición en sus propuestas y de incumplimiento de "lo acordado con ETA".La línea oficial del PNV se mantiene, a pesar de que cada vez son más los cargos institucionales del partido que piden a su dirección una ruptura absoluta con EH. Los peneuvistas han ido acabando progresivamente con los acuerdos municipales que mantenían con HB. Los demás municipios en los que las fuerzas nacionalistas siguen compartiendo la comisión de gobierno cuentan con alcaldes de Eusko Alkartasuna.

En ese complicado contexto, al que se suma la absoluta incomunicación con el PP, los nacionalistas van a intentar explorar con los socialistas algún tipo de acuerdo básico que permita reducir la crispación política. Aunque los socialistas ya han dicho que no van a ser "el salvavidas del PNV", algunos de sus dirigentes creen que no se puede arrinconar al nacionalismo democrático, "como está haciendo el PP". De momento, el PNV ya ha aceptado las últimas propuestas socialistas de abrir sendos marcos para el diálogo en el Parlamento y en el Ayuntamiento de Bilbao.

Otro de los problemas con los que se enfrenta el PNV es el tiempo. El último viernes de septiembre, el lehendakari tendrá que enfrentarse al debate de política general, y ese es el límite que conceden a EH para demostrar "si tiene recorrido político para tomar decisiones al margen de ETA".

Joseba Egibar no cree demasiado en las fechas y pide a Euskal Herritarrok que dé el paso oportuno. "Cualquier día es bueno para eso. Ahora todo el mundo habla de diálogo y, sin embargo, siguen instalados en el monólogo. Ya veremos si de verdad quieren el diálogo".