Bonobos
Me extraña que no se hable más de los bonobos. Se hacen muchas películas y series sobre toda clase de animales, incluidos los humanos, pero no tengo noticias de ninguna sobre los bonobos o chimpancés pigmeos. Será porque, como su denominación científica indica (Pan paniscus), son buenos como el pan. Y la bondad aburre hasta a los curas. Así que la primera vez que supe algo acerca de los bonobos fue, cómo no, gracias a un buen pecador, el inventor de la píldora anticonceptiva, Carl Djerassi.En sus memorias, La píldora, los chimpancés pigmeos y el caballo de Degas, Djerassi relata su fascinación por el carácter del bonobo, que jamás mata a un congénere, ni siquiera abusa de su fuerza o tamaño con los más débiles o pequeños; al contrario, las disputas territoriales siempre se saldan entre los chimpancés pigmeos con frotaciones, caricias y sesiones amorosas en la selva que ponen morados a los etólogos que han tenido la suerte de llegar a lugares tan civilizados. Cuando el alimento es escaso, en vez de comerse los unos a los otros, dejan a un lado la papanza y se dan un revolcón colectivo. Por la relación igualitaria entre machos y hembras, Djerassi habla de una suerte de feminismo natural. Amplío mi información sobre estos poshumanos en peligro de extinción en ¡Vivan los animales! Las hembras de los bonobos, explica Jesús Mosterín en esa maravilla de libro, forman fuertes alianzas que impiden que los machos se muestren agresivos o practiquen el infanticidio, común a otros hominoides.
Hay otro aspecto que muestra la inteligencia de los bonobos. En lugar del cabreado chillido (¡ju, ju!) con el que el chimpancé común recibe la presencia de extraños, el bonobo emite un tranquilo e irónico ¡ji, ji! Imagínense a Jaime Campmany subido a un árbol: ¿haría ju, ju o ji, ji? Kanzi, un bonobo criado en Atlanta, llegó a hablar un inglés similar al de un niño de dos años y medio, es decir, mejor que el de Charlton Heston. Por ejemplo, era capaz de decir "Sue", su cuidadora, para jugar: "Sue pelota", en vez de "Sue pistola", que es lo que diría Heston. Otra frase muy celebrada de Kanzi fue "Cuarto colonia recámara", que suena como un verso de T. S. Elliot, pero en ciberpunk; significaba que lo dejasen en paz. ¿Hacen falta más datos para que los bonobos protagonicen el nuevo plan de humanidades?
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.