_
_
_
_
_

El polémico voto de 'Play Boy'

Personas de intachable vida familiar y de sólidas creencias religiosas, el primero bautista y el segundo judío ortodoxo, Al Gore y Joseph Lieberman afrontan la Convención Demócrata de Los Ángeles rodeados de quebraderos de cabeza relacionados con el sexo y el erotismo. Su correligionaria política Loretta Sánchez, popular congresista hispana por California, les ha metido en un buen lío al organizar una gala de recogida de fondos electorales en la mansión del propietario de la revista Play Boy. Y Bill Clinton, de cuyo comportamiento en el caso Lewinsky se desmarcan Gore y Lieberman, planea tener una presencia estelar en la Convención Demócrata.Sánchez, que hace cuatro años se convirtió en una heroína demócrata al derrotar al republicano Bob Dornan en la batalla por el escaño del Orange County, en la Cámara de Representantes, ha sido sancionada por Gore por organizar el acto de recogida de fondos en la políticamente incorrecta mansión de Hugh Hefner, el propietario de Play Boy. Ya se le ha prohibido intervenir en la convención y podría ser expulsada de las instancias dirigentes del partido. "No hemos tenido otra alternativa que tomar medidas", dijo Gore.

Joe Andrew, presidente del Comité Nacional Demócrata, declaró que el acto montado por Sánchez "enviará un mensaje equivocado a las familias norteamericanas". Aunque reivindican la herencia económica de Clinton, tanto Gore como Lieberman se desmarcan de sus escándalos sexuales. Por eso, que uno de los actos más vistosos que arropan a la Convención Demócrata se celebre en la casa de Heffner y sus conejitas es muy comprometido para ellos.

Sánchez, tras haberse negado a ceder en los días anteriores, se declaró ayer dispuesta a cancelar el acto, previsto para el martes, destinado a recoger fondos para estimular la participación política de los hispanos, una causa, añadió, que "Gore apoya". Pero insistió en que la elección de un lugar tenía como objetivo "darle el mayor realce a la importante causa de la promoción de los hispanos". Y añadió que la cancelación traerá problemas, ya que han sido vendidas las 600 entradas.

Mientras la Liga Católica para los Derechos Civiles y Religiosos instaba a Gore a impedir la gala, Cindy Rakowitz, portavoz de Play Boy, expresó la "tristeza" de ese grupo del ocio y la comunicación por la polémica. La mansión de Play Boy, dijo, "no es Sodoma y Gomorra y ya ha sido usada para otros actos de recogida de fondos electorales a favor de políticos demócratas, incluidos el alcalde de Los Ángeles, Tom Bradley, y el ex gobernador de California, Jerry Brown". El propio Hefner donó en 1999 1.000 dólares (175.000 pesetas)para la campaña de Gore.

Clinton, que intervendrá en la sesión de apertura, el lunes, de la Convención Demócrata y también tiene previsto participar en Los Ángeles en un acto de recogida de fondos para su futura biblioteca presidencial, es, para Gore y Lieberman, una fuente de orgullo, por el éxito económico de su presidencia, y de molestia, por sus líos sexuales. En la noche del jueves, en una reunión con pastores evangelistas, Clinton volvió a hacer acto de contrición por sus aventuras con Lewinsky y pidió que nadie haga responsable a Gore. "Ninguna persona de ideas justas puede responsabilizar a Gore por los errores que yo cometí", dijo.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_