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Los técnicos creen que el bosque de El Saler se regenerará solo

El bosque se regenerará de "forma natural" y con una actuación humana "de mínimos", explicó ayer Vicente Aleixandre, concejal de la Devesa-Albufera, durante una visita a la zona de El Saler que se incendió el pasado 5 de agosto. En este momento se está acordonando el área incendiada con un sistema tradicional de pequeñas empalizadas de cañas, para evitar que los paseantes pisen los futuros brotes. 110 personas se dedicarán a partir de septiembre a las labores de regeneración.

Pinos en 15 años

Las brigadas forestales ya han comenzado el acordonamiento de la zona incendiada con bardisses, unas empalizadas tradicionales fabricadas con cañas. Estas estructuras, aunque son muy lábiles, junto con carteles de prohibido el paso, contribuirán a alertar al ciudadano sobre el peligro de pisar los futuros brotes de pinos, según explicó Aleixandre. También se recogerán los trozos más grandes de madera quemada, que se triturarán y se tirarán de nuevo a la zona, para ayudar a que se integren más rápidamente con el suelo. Éstas serán las primeras medidas para contribuir a la regeración natural de las 4,3 hectáreas de bosque que se quemaron el pasado 5 de agosto en la Devesa de El Saler, en pleno parque natural de la L'Albufera.Regenerar un bosque requiere tiempo y paciencia. "Habrá que esperar al menos seis meses hasta ver las posibilidades de supervivencia de las distintas especies vegetales sobre la superficie incendiada", explicó ayer Francisco Collado, ingeniero agrónomo de la Oficina de la Devesa-Albufera, "y hasta dentro de un año no se podrá saber con exactitud cuáles han sido los daños causados por el fuego".

Se prevé que de los piñones caídos durante el incendio crecerán nuevos plantones. Dentro de 15 años, los paseantes podrán caminar de nuevo bajo los pinos. Collado calcula que los árboles que yacen ahora calcinados en La Devesa tenían entre 40 y 60 años de edad. Aunque no se eliminará la totalidad de la madera de los árboles quemados, sí se retirarán los troncos que estén situados en los bordes de los caminos. "En un par de años los troncos caerán de forma natural. Queremos eliminar antes los que puedan causar accidentes", explicó Collado.

"Que la gente venga, pero que tenga cuidado, porque cualquier imprudencia puede tener nefastas consecuencias", advirtió Aleixandre. Como medida preventiva de futuros incendios se están podando las ramas secas de los pinos que rodean las zonas habitadas, respondiendo a una petición de los propios vecinos. El Ayuntamiento ha incrementado en un 30% la brigada forestal de la zona. 110 trabajadores se pondrán manos a la obra a partir de septiembre en las labores de reforestación, de los que 40 se dedicarán a una campaña de educación ambiental de concienciación ciudadana.

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