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Reportaje:VERANO2000

Un equipo andaluz rueda un 'Don Juan Tenorio' centrado en el papel redentor del amor

La película es una producción independiente que dirige en Sevilla Víctor Barrera

Víctor Barrera, el cineasta sevillano autor de la película Los Invitados, por la que fue candidato a los premios Goya en 1987, inició ayer en el Monasterio de Loreto, en Espartinas (Sevilla) el rodaje de Amar y Morir en Sevilla, su primer largometraje después de 13 años, una versión del clásico Don Juan Tenorio, de Zorrilla.El proyecto es una modesta producción independiente, con un presupuesto de unos 100 millones de pesetas, que carece de ayudas o subvenciones públicas. Todo el dinero lo aporta la empresa Gamiani Enterprises S.L., una productora constituida por Barrera y sus socios capitalistas, los empresarios de Promociones Al-Andalus.

Barrera lamenta que ninguna de las administraciones públicas a las que han solicitado ayuda les haya dado "ni un duro". Acepta que cuenta con las dificultades de "rodar una película de época, en verso y con actores desconocidos", pero no entiende la falta de apoyo público. "Algunos ni han contestado nuestras solicitudes", dice con tono quejoso aunque orgulloso por "lo meritorio que es lanzarse al agua sólo con dinero privado".

El equipo del que se ha rodeado Barrera para esta aventura "de alto riesgo económico", como reconoce el propio director, "es íntegramente andaluz, desde al primer actor hasta el último técnico". Los actores principales son jóvenes valores surgidos del mundo del teatro. Los dos protagonistas, Don Juan y Doña Inés, vienen, curiosamente, de la misma escuela de teatro aficionado, el colegio de los padres blancos en Sevilla.

Barrera espera reflejar en su película el papel redentor del amor, que "está por encima de la vida y la muerte". "Zorrilla describe con esta historia dos tipos de amor, el tierno y el apasionado. La conclusión es que el amor-ternura es capaz de redimir todos los males del mundo, incluso los causados por el amor-pasión", afirma el director.

El Don Juan está interpretado por Antonio Doblas, un joven interprete sevillano que, desde su domicilio en Rota (Cádiz) anda empeñado en sacar adelante un grupo de teatro independiente, La Madriguera Teatro, a través del que colabora con el Ayuntamiento local en la gestión y dirección de una escuela municipal de arte dramático.

La llamada de Barrera para enrolarse en este proyecto le llegó por sorpresa. "Yo no hice casting ni nada. A Víctor le dieron referencias mías en el colegio, me llamó, me hizo una pequeña entrevista y aquí estoy" dice Doblas quien, pese a estar muy comprometido con el trabajo de su grupo en Rota, no haría ascos a saltar al mundo del cine si esta película tuviese buena acogida por el público y la industria: "Yo siempre había pensado que el cine conlleva una manera de vivir con la que no me identifico, pero ante una buena oferta..."

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Doblas cree que la principal aportación que esta película puede hacer al mito del Tenorio es su popularización: "Llevar un clásico al cine, como ya se hizo aquí con El Perro del Hortelano, o como hace Branagh con Shakespeare, ayuda a que la gente recupere historias que les suenan pero que no conocen de verdad". Este futuro Don Juan espera que el público descubra en esta oportunidad la historia "de acción trepidante" que es la obra de Zorrilla.

Su pareja en la pantalla será Ana Ruiz, quien a sus 21 años ya es conocida entre el público infantil andaluz para los que presenta La banda del Sur, en la televisión autonómica. Ruiz está muy satisfecha de que uno de los objetivos de esta producción sea recuperar para el cine "la pureza y la integridad de este clásico" al que está tan apegada tras haber interpretado varias veces a Doña Inés.

Ana Ruiz fue, según Barrera, el punto de partida para la realización de la película. "Vi un Tenorio interpretado por ella en 1997 y, desde mi butaca del teatro, fui imaginando cómo haría la película".

Tres años después, con un presupuesto ajustado, "pero suficiente", y en negociaciones con Sogepaq y Canal Sur para la comercialización posterior de la cinta, Barrera confía en finalizar el rodaje a principios de septiembre y poder tener la cinta lista para su estreno el 1 de noviembre en algún cine de Sevilla, "si no están todos ocupados por películas estadounidenses".

Alquileres por las nubes

El equipo que empezó ayer a rodar en Espartinas Amar y morir en Sevilla pretendía, lógicamente, localizar los escenarios en la ciudad hispalense.Los precios de alquiler de los edificios históricos de la ciudad lo han hecho imposible. Rodar en los Reales Alcázares cuesta 250.000 pesetas por hora y los palacios del centro no se alquilan por menos de 400.000 pesetas al día.

Estos inconvenientes han hecho agudizar el ingenio de los responsables de esta modesta producción. Así, será en el Alcázar de Carmona donde transcurran las escenas corresponderían en teoría al palacio sevillano.

Las casas palaciegas de la localidad natal del director, Víctor Barrera, acogerán, por un precio mucho menor, el rodaje de la mayoría de las escenas de interior. El cineasta carmonense está "muy agradecido" a la acogida del pueblo "que nos ha abierto las puertas para que trabajemos con total comodidad".

La elección del monasterio de Loreto no responde sólo a un criterio económico. Además de poder trabajar casi gratis, el director de producción Pancho Bautista resalta la tranquilidad del campo de Espartinas. "Aquí no se te cuela el ruido de los autobuses ni los pitos de los coches", dice.

Los exteriores de la película sí se rodarán en Sevilla gracias, según Bautista, "a la colaboración de una parte del Ayuntamiento; en concreto, la concejala de Obras Públicas, Isabel Guerra Librero, nos ha eximido del 80% de las tasas y el de Tráfico, Blas Ballesteros, ha colaborado mucho también".

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