El líder del Shas llama "pecadores" a las víctimas del holocausto
La afirmación del jefe espiritual del partido ultrarreligioso sefardí Shas, el rabino Ovadia Yosef, en el sentido de que los seis millones de civiles judíos asesinados por el régimen nazi de Alemania "eran una reencarnación de las almas de pecadores que vinieron al mundo para reparar sus pecados", escandalizó e indignó ayer a la mayoría de los israelíes. El rabino Yosef, considerado una autoridad en la Biblia y en materia de leyes religiosas, hizo esa afirmación en el sermón semanal que pronunció en la noche del sábado en una sinagoga de Jerusalén. Las organizaciones de supervivientes del holocausto en Israel le han exigido que se retracte. "Sus palabras pueden constituir un visto bueno para nuestros enemigos, que ahora podrán decir que los nazis fueron enviados por Dios para exterminar a los judíos, y justificarán los hechos más terribles que se perpetraron contra nuestro pueblo", manifestaron las organizaciones de supervivientes del holocausto.
El primero en reaccionar fue el diputado Yosef Tomi Lapid, líder del partido laico Shinui (Cambio), que lucha contra la coerción religiosa. Lapid dijo furioso que "es terrible que en el mundo se pueda pensar que un importante rabino de Israel confirma lo que decía el jefe nazi Adolf Hitler: que los judíos asesinados eran pecadores".
Un "viejo idiota"
Lapid añadió que las declaraciones de Yosef, ex rabino jefe sefardí de Israel, "son estupideces que causan un enorme daño al pueblo judío, a la memoria de la shoá (holocausto, en hebreo) y de los seis millones de víctimas, y fueron pronunciadas por un viejo idiota, que lamentablemente también es el líder espiritual de una etnia numerosa". Lapid, periodista hasta que entró en política el año pasado, es un superviviente de la shoá, la mayor tragedia del pueblo judío.Por su parte, la ministra de Medio Ambiente, Dalia Itsik, dijo que "las declaraciones del rabino Yosef son tan graves que plantean la cuestión de si Shas puede [volver a] ser socio en un Gobierno que busca la paz". Shas, que cuenta con 17 de los 120 diputados del Parlamento israelí y es el tercer partido en importancia numérica de Israel después del Laborista y del derechista Likud, abandonó el Gobierno encabezado por el primer ministro Ehud Barak antes de que éste viajara a la reciente cumbre de Camp David (EE UU).
La salida obedeció a las concesiones que Barak iba a hacer a Arafat en esa cumbre, en particular respecto a Jerusalén. Pese a ello, el primer ministro quiere que Shas vuelva al Gobierno, ya que con el abandono posterior del Partido Nacional Religioso (PNR) y del partido de los inmigrantes rusos Israel Bealiá, se quedó con sólo 40 de los 120 diputados.
Barak tiene previsto celebrar negociaciones al respecto con los dirigentes de Shas, y si no logra recuperar a ese partido para su coalición posiblemente no le quede otro remedio que anticipar las elecciones generales, apenas año y medio después de las últimas.
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