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Tribuna:ESTA SEMANA
Tribuna
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Verano con el cambio tranquilo

La semana de Andalucía en la Exposición Universal de Hannover viene a cerrar un curso político marcado por las cuestiones internas que han afectado a las grandes formaciones. Apenas ha quedado margen para la gestión de gobierno y sólo los encontronazos que ha protagonizado el Ejecutivo andaluz con la puesta en marcha de la ley de Cajas puede considerarse como un hecho destacado en el que la oposición, fundamentalmente el PP, ha obtenido ciertos réditos, al margen, eso sí, del protagonismo alcanzado en este terreno por parte del antiguo socio de Gobierno, Pedro Pacheco, quien aprovechó la ocasión para marcar distancia con una norma que ayudó a elaborar y a aprobar finalmente en el Parlamento andaluz.De modo que todo se pospone hasta el mes de septiembre. Todo menos el debate ya abierto en el seno del PSOE andaluz sobre cómo trasladar aquí el cambio tranquilo, preconizado por el nuevo secretario general, José Luis Rodríguez Zapatero. Hasta la celebración del Comité Director, el máximo órgano entre congreso y congreso, fijado para el día 7 de septiembre, y en el que se determinará el calendario que ha de desembocar en el congreso regional de primeros de diciembre, seguro que continuará la lluvia fina con pronunciamientos de aquellos que, ahora más zapatistas que nadie, se muestran inquietos reclamando cuanto antes modificaciones en el actual status en el que se encuentra la dirección socialista andaluza. Unos se quedan en Manuel Chaves para abajo, aunque hay otros, más ambiciosos, que incluyen al presidente andaluz, contraponiendo a la figura del vicesecretario general, José Asenjo, quien, por activa y por pasiva, ya ha dejado claro que cualquier modificación pasa por el reconocimiento del liderazgo del propio Chaves.

Así que toca observar el espectáculo protagonizado en algunos casos por arribistas, volteretas o saltimbanquis de última hora, planteando unas reivindicaciones que difícilmente pueden sostenerse si es que aplicasen en sus casos particulares. En similar fase precongresual se sitúa el Partido Popular, cuyos dirigentes quieren reducir los problemas surgidos tanto en Granada como en Huelva a cuestiones meramente personales. Una forma así de simplificar unas disputas internas que se agrian por día y que al final van a poner a prueba el liderazgo de su presidenta personal, Teófila Martínez, así como la capacidad de maniobra del secretario general, Antonio Sanz, si es que, al final, no tiene más remedio que intervenir el mismísimo Javier Arenas para sofocar los motines surgidos.

Tampoco habrá verano tranquilo para los andalucistas. La discusión sobre el censo de participantes en el trascendental congreso de octubre puede acabar en los tribunales, mientras que en Izquierda Unida la labor de consulta realizada por Willy Meyer y Diego Valderas a las bases puede quedar en nada con los vientos renovadores que lanzan Rosa Aguilar y Concha Caballero.

Pero el reencuentro con la actividad política, tras el periodo estival, aguarda, en cualquier caso, emociones fuertes. Una vez dejada atrás la difícil papeleta del 35º Congreso Federal del PSOE, Manuel Chaves imprimirá un mayor ritmo de trabajo a su Gobierno. En cartera aguardan para su tramitación dos leyes, la de Carreteras y la del Voluntariado; las asambleas de las cajas de ahorro para adaptar sus estatutos; el reajuste de los Presupuestos, obligado por el recorte en los fondos comunitarios; el nombramiento del nuevo director general de la RTVA; todo eso sin olvidar las negociaciones con el Gobierno central para asuntos de envergadura como el nuevo sistema de financiación autonómica o el traspaso de competencias. Todo eso sin olvidar que, dependiendo quién gane en el cónclave andalucista de este otoño, se corre el riesgo de que se tenga que realizar un replanteamiento del pacto de coalición de Gobierno suscrito entre el PSOE y PA. Tarea suficiente para señalar que lo bueno está aún por empezar en esta legislatura.

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