El Ejecutivo reafirma su política antiterrorista y pide a la sociedad que no caiga en el desánimo

El asesinato ayer del ex gobernador de Guipúzcoa, Juan María Jaúregui, el séptimo desde que ETA puso fin a la tregua, provocó una reacción contundente del Gobierno contra la banda terrorista. El ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, aseguró que el Ejecutivo de José María Aznar mantendrá su política antiterrorista frente a los "zarpazos" de la banda armada. Mayor se mostró convencido de que la ofensiva de los etarras "es una escalada a la desesperada que se produce porque la política del Ejecutivo es la que hace daño" y pidió a la sociedad que, "por duras que sean las circunstancias", no caiga en el desánimo ni se deje doblegar por la banda terrorista. "Ahora, más que nunca, tenemos que creer en la política del Gobierno", insistió.El titular de Interior mostró su "dolor" por el asesinato de Juan María Jáuregui a su viuda y a su familia, "que no debe sentirse sola sino arropada por toda la sociedad española".

En el mismo sentido, el portavoz del Ejecutivo, Pío Cabanillas, insistió en la idea de que "ETA trata de poner a prueba nuestra cohesión como sociedad y nuestras más firmes convicciones democráticas". Así, animó a todos los españoles a que "desde la serenidad, la fortaleza y la unidad de los demócratas reiteren su confianza en los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado".

El ministro del Interior aludió a los momentos que están pasando "juntos muy singularmente populares y socialistas" y abogó, una vez más, por la cohesión frente al terror y al chantaje que pretenden "imponer" los terroristas".

Mientras tanto, el presidente del Gobierno, José María Aznar, y el secretario general del PSOE, José Luís Rodríguez Zapatero, mantenían una larga conversación teléfonica en la que analizaban la situación y la ofensiva que ha lanzado la banda terrorista coincidiendo con el verano. En la misma conversación, Aznar le dio el pésame al líder socialista en nombre del Gobierno por la muerte de su compañero de partidos.

Aunque la jornada de ayer estuvo bañada de muerte tras el asesinato contra el ex gobernador de Guipúzcoa a manos de ETA, también hubo tiempo para las críticas. El secretario general del PP, Javier Arenas, calificó de "impropias" las declaraciones del presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, en las que éste criticó la estrategia de "marginación" del nacionalismo vasco por parte del Gobierno. Así, Arenas pidió a Pujol una rectificación porque, dijo, "el PP no puede aceptar comparaciones con los terroristas".

Ambos dirigentes políticos trasladaron su condolencia a la familia de Juan María Jáuregui, tras tener noticia del asesinato. El secretario general del PP afirmó que con este atentado ETA demuestra que "tiene como objetivo de sus actuaciones a quienes tratan de defender la paz y un proyecto de futuro para el País Vasco, ya sean personas del PP, del PSOE o cualquiera que no piense como ellos". Por su parte, Pujol dijo estar "consternado" por el asesinato, que calificó de "salvajada" y abogó por seguir intentando la vía del diálogo.

La Conferencia Episcopal también emitió ayer un comunicado en el que condenaba "esta nueva acción criminal contra una persona y, en definitiva, contra toda la sociedad, que reclama indignada el cese inmediato de tanta violencia, que desprecia la dignidad sagrada de la persona humana y de la vida".