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Eso de las Humanidades

Después del verano, si Dios no lo remedia, volveremos a entrar en el debate de la reforma de la enseñanza de las llamadas humanidades. Estos chicos del PP están empeñados en que nuestros estudiantes aprendan la "historia común" de España. Es decir, la historia que a los que ya peinamos canas nos han venido enseñando sus antecesores a lo largo de más de un siglo. Pero vamos a ver: ¿cuál es la historia común de España? ¿La de los tópicos típicos de siempre? ¿Aquélla que dice, por ejemplo, que los Reyes Católicos hicieron de España, con su matrimonio, el "primer Estado moderno de Europa"? ¿Un Estado que pudo emprender la gran epopeya del descubrimiento de América? Seguramente. Lo que sucede es que eso no es más que una falacia. Ni los Reyes Católicos fundaron ningún Estado ni España descubrió América. Cuando nuestro paisano, el papa Alejandro VI, decidió el reparto del Nuevo Mundo entre los países descubridores, a través de sus bulas et coetera, no habló de España y Portugal sino del reino de Castilla y León y del reino de Portugal. Porque España, como tal reino, es decir, como Estado, no existía. Si el concepto moderno de Estado se quiere trasladar a aquella época, los descubridores eran Portugal y Castilla y León. "A Castilla y a León, nuevo mundo dio Colón", dice el refrán popular. Pues eso. El mismo Tratado de Tordesillas que modificó la línea de demarcación de los derechos de colonización sobre el continente americano no lo firma Portugal con España sino con Castilla y León. España, como entidad político-administrativa, es decir, como Estado, no existía. ¿Entonces? Entonces resulta que aquí nos han venido enseñando una historia que es una pura falacia. Y nos han ocultado la verdadera historia. Como hemos dicho siempre: La història que ens han amagat.Parece ser que con eso de las humanidades quieren meternos otra vez, de tapadillo, las mentiras de siempre. Los políticos de la derecha que nos gobiernan y sus secuaces mediáticos quieren que volvamos a las andadas. Les preocupa que en algunas comunidades autónomas, por ejemplo, se haya decidido enseñar la historia tal como sucedió, la historia que nos han ocultado generación tras generación. Porque en la medida que se vaya conociendo la verdad histórica se les irán cayendo los palos que aguantan el sombrajo de la España eterna, la España imperial... Es decir, la España uniforme y, a poder ser, uniformada. Y sin más nacionalismos que el único y verdadero: el nacionalismo español, que tantos días de gloria brindó a nuestra patria. Es decir, a la de ellos. La "historia de España es la historia de Castilla", pregonaba a los cuatro vientos no hace mucho un fulano desde los micrófonos de la COPE. Pues, ¡muy bien! Si esto es así, nosotros no formamos parte de España. Al menos de esa España. Y, entonces, ¿de qué se quejan? ¿Cómo no va a haber nacionalistas que no se sientan españoles si son ellos mismos los que nos expulsan de su cotarro? ¡Allá se las compongan! Pero, no. La historia de España es la historia de Castilla, pero la historia de la Hacienda española es la historia de todos. Hacienda somos todos. Y hay que pagar los impuestos a la caja común. Que, por lo visto, nada tiene que ver con la historia común. La historia de España es la historia de Castilla. Parece ser que nuestros impuestos también. ¡Y luego dicen que el pescado es caro!

fburguera@inves.es

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