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Reportaje:VIAJE POR LOS MUSEOS VASCOSLO QUE HAY QUE VERDATOS PRÁCTICOS

Un museo sobre todo práctico

Escondido en el centro de Eskoriatza, uno de los enclaves industriales del alto Deba, el Museo-Escuela es una creación de las asociaciones culturales de la localidad que vieron la necesidad de completar la enseñanza de los niños del pueblo con exposiciones sobre la historia de la humanidad y del propio Eskoriatza. Ahora, casi quince años después de la inauguración del museo, el Ayuntamiento ha decidido, con su apertura en los meses de verano, que también los forasteros puedan disfrutar de los materiales de exposición de un centro orientado a la diversión y el conocimiento de los más pequeños desde la práctica.Porque, ¿en dónde se puede hacer fuego con sílex y pirita sobre yesca, como se acostumbraba en el Paleolítico? O, ¿qué museo local cuenta con una maqueta que reproduce fielmente el proceso de de puración natural del agua? Estas son quizás algunos de los elementos más llamativos de los que conforman este espacio que mezcla lo etnográfico con lo histórico.

El recorrido comienza con la sección De la tierra al pan, todo un paseo por labores que se han realizado durante milenios y que han desaparecido en los últimos 50 años. Todos los útiles y herramientas proceden de los caseríos de Eskoriatza, lo que añade un mayor atractivo a las fotografías que completan este tramo expositivo, como esa imagen de la plaza del pueblo con los niños sobre un trillo que luego se ve en el museo.

El Museo alterna estos pequeños detalles con una explicación general de la evolución de la tierra. Se trata de que los niños, sus principales visitantes, no pierdan de vista el contexto a la hora de disfrutar de las pequeñas historias de Eskoriatza. Ahí está esa exposición sobre dos oficios característicos del municipio, como son los herreros y los alpargateros, cuyas labores se han recredo al detalle, tanto que hasta se puso en marcha una fragua.

El apartado propiamente histórico trata de mostrar la evolución del hombre hasta la actualidad. La exposición de piezas, entre las que destaca un sorprendente diente de mamut, está acompañada de talleres que tratan de explicar en la práctica la forma de vida en la Prehistoria.

En este espacio se encuentra una de las joyas sentimentales del museo: la reproducción de los cuencos de Axtroki, dos recipientes de oro macizo, procedentes de la Edad de Bronce, que se encontraron hace 25 años en el paraje que les da nombre. Los originales se exhiben el Museo Arqueológico Nacional de Madrid, mientras que los vecinos de Eskoriatza persiguen, infructuosamente, que los cuencos de Axtroki regresen a la localidad originaria o, al menos, al País Vasco.

Tras la parada correspondiente a la época romana, en la que se aportan objetos procedentes de la zona que en aquel entonces debió tener una gran importancia minera, el recorrido se detiene en la Edad Media. Para explicar aquellos tiempos, se ha elegido con acierto la contraposición entre una mujer plebeya y otra noble, con sus distintas indumentarias y labores, entre las que el lino y todo lo que rodeaba su fabricación tienen un papel destacado.

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Las siguientes referencias son la imprenta y el descubrimiento de América, con una referencia a la influencia de estos dos hitos históricos en la vida de Eskoriatza. Porque, como en tantas localidades vascas, la figura del indiano es parte imprescindible en la prosperidad de sus pueblos.

Una prosperidad que en este municipio del Alto Deba llega también de la mano de la industrialización y de la correspondiente adaptación a los nuevos tiempos de sus famosos cerrajeros y fabricantes de cazuelas.

El material que cierra el recorrido sorprenderá a los más pequeños, pero no a sus padres y abuelos: un pupitre de la escuela del pueblo de mediados de siglo, acompañado de una selección de libros de Historia de España y de Formación del Espíritu Nacional que resultan, sobre todo, extravagantes y extraterrestres, aunque esten fechados algunos de ellos hace poco más de treinta años.

El Ayuntamiento de Eskoriatza ha decidido este verano que el museo del pueblo sea el inicio de un paseo por todos los atractivos que ofrece el municipio a sus visitantes. Así que después de visitar la exposición cerrada, el recorrido continúa por la riqueza arquitectónica y paisajística del principal núcleo urbano y sus barrios.En el pueblo se encuentran los principales edificios religiosos y civiles: su iglesia de San Pedro, del siglo XVIII, los palacios de Ganuza y de Zalbidegotia o el Hospital del Santísimo Rosario. A pesar de encontrarse en una de las zonas más industrializadas del País Vasco, el municipio de Eskoriatza todavía mantiene rincones casi bucólicos y alguna que otra aportación artística interesante y hasta curiosa.

Como lo es el panteón de José Arana, famoso prohombre de principios de siglo, natural de la villa guipuzcoana. Sus restos reposan en el cementerio local en un mausoleo realizado por Manuel Benlliure, uno de los principales escultores españoles de la centuria, que sólo posee en el País Vasco otros dos monumentos.

Y ya entrados en materia funeraria, no hay que dejar de visitar en el barrio de Marín su camposanto neoclásico, y en el de Apotzaga su cementerio circular, declarado monumento histórico-artístico de Guipúzcoa. En este espacio, cuya forma recuerda a los cromlechs, cada caserío está representado por una estela, siguiendo la tradición vasca de unir casa y sepultura.

Ya en Bolibar, no hay que dejar sin visitar su iglesia de San Miguel con interesantes vestigios románicos y una bóveda de madera realizada en el siglo XVIII. Desde este barrio sale el camino al monte Aitzorrotz, donde se encuentra un antiguo castillo medieval, entre cuyos restos se encontró un aljibe horadado en la roca con capacidad para 30.000 litros.

En Gellano, adonde se accede desde Aretxabaleta, la parada imprescindible está en su iglesia parroquial con una valorada portada románica. Y en Marín, hay que detenerse en el caserio Isasi, el único de Guipúzcoa que conserva su cocina al estilo medieval, con el fuego en el centro de la habitación.

Dirección: Hidalga, 5. Entreplanta. Teléfono: 943 714688.Horario: lunes, miércoles y viernes, de 9.00 a 13.30 y de 14.30 a 18.00; martes y jueves, de 9.00 a 13.30 y de 14.30 a 20.00. Julio, agosto y septiembre, todos los días, de 17.00 a 20.00.

Entrada: gratuita.

Fecha de inauguración: El Museo Escuela de Eskoriatza nació tras varias exposiciones temporales organizadas para reforzar las actividades escolares de los niños de la localidad. Estas muestras comenzaron en 1984 y se consolidaron como exposición permanente en 1987, cuando se presentó la titulada Nuestra prehistoria.

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