La plantilla de la CAM cree que la fusión la impone Zaplana

La inmensa mayoría de los trabajadores que integran la plantilla de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (el 90,6%), está convencida de que la posible fusión de esta entidad con Bancaixa parte de un impulso político de la Generalitat Valenciana, una intervención que muchos califican de "inconveniente". Más de 2.000 de los 5.200 empleados del Grupo CAM han contestado a la encuesta elaborada por el sindicato UGT. Sólo el 8,4% de ellos se muestran favorables a la alianza, mientras un 24% no opina.

UGT quería tomar el pulso de los trabajadores de la CAM ante una hipotética fusión con Bancaixa, y conocer su opinión al respecto del método utilizado por el presidente Zaplana para intentar alcanzar ese objetivo. Nada mejor, para ello, que elaborar una encuesta entre los 5.200 que integran la plantilla de la entidad financiera y empresas asociadas. El cuestionario, que garantizaba el anonimato, se distribuyó a finales de junio, y ayer se conoció el resultado de la muestra, a la que se llega a partir de las 2.053 respuestas validadas.Como primera conclusión, el estudio constata la incertidumbre que confiesan los empleados ante su futuro, además de un absoluto desconocimiento sobre plazos, cometidos, coste económico y consecuencias de la alianza financiera.

Eso explica que el 90,6% de los encuestados opinen que la fusión parte de un impulso político de la Generalitat, y no por iniciativa propia de las cajas. De ellos, el 60,9% estima que esa intervención es "inconveniente". Frente a esa mayoría, el 1,6% mantiene que los políticos no actúan en el proceso, y cerca de un 8% prefiere no contestar a la pregunta. Algo más de 13 de cada cien encuestados cree que ese protagonismo del poder político es "conveniente".

También se da un amplio consenso en el sentido de que, sea cual sea el resultado del debate y las negociaciones, antes de tomar una decisión se debe consultar a los trabajadores, como parte interesada y afectada de la futura alianza.

Las preguntas que más han interesado, y por tanto las que más han interesado a UGT para su posterior valoración, hacían referencia a la valoración sobre los cambios previsibles en la CAM tras la fusión.

Incertidumbres al margen, se constata que más de la mitad de los empleados (exactamente un 52,4%) no cree que la alianza suponga una mejora en sus expectativas profesionales, frente a un 14% convencido de que su situación mejorará. Para el sindicato, esos datos reflejan el temor a que la fusión suponga un empeoramiento en las condiciones laborales.

La encuesta, en ese sentido, no marca diferencias de planteamiento entre directivos y empleados de base, aunque los segundos se muestran "un poco más pesimistas" ante su futuro. Quienes peores expectativas aventuran son los integrantes en los servicios generales, sabedores de que la duplicidad de cargos impondrá una criba desde la entidad resultante de la posible fusión.

Tras éstas y otras cuestiones previas, el cuestionario finaliza solicitando un posicionamiento del trabajador ante la alianza. Así, el 67,4% cree que sería "inconveniente", frente a un 8,4 que la apoya y un 24,2% que no sabe o no contesta. Similares porcentajes se registran en la última cuestión, referida a la postura que deben adoptar los sindicatos en los órganos de gobierno de la CAM: el 69% mantiene que deben votar en contra.