Alzamora cede terreno por una caída mientras Ui se consolida líder

Por fin lució el sol para un gran premio, pero a Emilio Alzamora el día le salió torcido. La carrera de Alemania le duró apenas unos metros al campeón del mundo de 125, justo la distancia desde la salida hasta la primera curva, desde el semáforo verde hasta el embudo inicial en el que no cupieron todos los pilotos que quisieron meterse, provocando una caída tumultuosa en la que se vio envuelto el piloto de Lleida junto con otra media docena de motos.Cuando se levantó e intentó volver a la pista, Emilio únicamente pudo comprobar que el desastre no tenía remedio y volvió a su garaje para consumar un nuevo cero en su irregular trayectoria de esta temporada, todo lo contrario que el año pasado en su camino hacia el título. "No se puede llegar como un loco a la primera frenada y tirar a media parrilla", protestó el pupilo de Ángel Nieto, quejándose de la acción del francés Randy de Puniet. "He intentado seguir pero la moto no estaba en condiciones y me he salido de la pista. Ante esta situación no me ha quedado más remedio que la retirada".

Alzamora fue el único de los favoritos que se quedó sin puntuar en el tortuoso circuito de Sachsenring. Los demás aspirantes al número uno acabaron en posiciones de cabeza. Ganó Youichi Ui (Derbi), que sumó su quinta victoria de la temporada el día después que la marca española confirmara su continuidad en el Mundial en 2001. El pequeño piloto japonés consolidó su liderato con un triunfo cómodo. Dominó casi desde el principio y mediada la carrera se deshizo con facilidad de la compañía de los italianos Roberto Locatelli y Simone Sanna, ambos con Aprilia, que le escoltaron en el podio.

Después de 10 carreras, y a falta de otras seis, Ui manda en el campeonato con 10 puntos de ventaja sobre Locatelli, 28 sobre el también italiano Mirko Giansanti (Honda), quinto ayer, y 35 sobre Alzamora. "La lucha por el título se pone más difícil, pero no hay nada perdido", reconoció el campeón. "Lo más importante es empezar a ganar carreras".

Para el honor de ser el mejor español de la cilindrada, la atención recayó en la familia Nieto. En el circuito donde el padre logró, en 1969, la primera victoria de su prolija carrera, los dos hijos se pelearon por una porción más modesta de protagonismo. Al final, el pequeño, Pablo (Derbi), derrotó al mayor, Gelete (Honda), y se clasificaron séptimo y noveno.