El Festival de Salzburgo se inaugura hoy con 'Los troyanos' en versión de Wernicke

El Festival de Salzburgo, envuelto este año en agitados debates políticos, se inaugura esta noche con Los troyanos, de Hector Berlioz, dirigida por Sylvain Cambreling en una puesta en escena del holandés Herbert Wernicke. El director artístico del presitigoso Festival, Gérard Mortier, cuyo contrato vence en 2001, estuvo a punto de dimitir de su cargo en protesta por la participación de la extrema derecha en el nuevo Gobierno de Austria. Mortier cambió de opinión y se alineó con artistas como Pierre Boulez, que en lugar del boicoteo defienden que es mejor mantener la actividad artística como resistencia contra Haider, a quien Mortier llama abiertamente "fascista".

El único artista que prefirió anular su contrato y no aparecerá este año por Salzburgo es el director de escena Patrice Chéreau.En este ambiente de crispación, el gobierno regional de Salzburgo encargó para esta mañana el discurso de inauguración al diplomático suizo Jakob Kellenberger, presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja, para que hablara sobre el espíritu humanista del Festival de Salzburgo, fundado al acabar la I Guerra Mundial con el objetivo de reconciliar los pueblos antaño enemistados. Wolfgang Schüssel, canciller de Austria, prefirió no asistir a la ceremonia. Se comenta que se ausenta para evitar disturbios.

También se percibe como síntoma de alta tensión el que esta noche no se ofrezca la acostumbrada recepción oficial, donde cada año se reunían los altos dirigentes políticos con artistas y demás famosos.

Aunque acostumbrado a combatir en todos los frentes, hace un mes, el director del festival se vio sorprendido cuando Gottfried Wagner, nieto del compositor alemán, le acusó de abrir el Festival con una ópera que hace apología del totalitarismo. Mortier respondió que, por el contrario, la monumental ópera de Berlioz es un homenaje "a todas las mujeres que se defendieron de la violencia de los guerreros y de la brutalidad de los dictadores y sus verdugos: desde las mujeres judías ante los nazis, hasta las coreanas contra los japoneses y las mujeres musulmanas de Sarajevo ante los serbios".

El director de la programación teatral, Frank Baumbauer, había propuesto "combatir a Haider con las armas de las artes", pero por cuestiones de tiempo no fue posible en febrero modificar el repertorio. Baumbauer llenó el hueco político organizando de forma paralela una serie de debates y simposios sobre temas tales como los Festivales de Salzburgo durante el III Reich. Mortier y Sellars hablarán el 18 de agosto sobre "creatividad y multiculturalidad", y el 26 de agosto se celebrará una gran fiesta con el objetivo de provocar a la Austria oficial. El ex ministro francés de Cultura Jack Lang ya se mostró dispuesto a asumir el patronazgo del festejo.

Además de Los troyanos, que dirige Sylvain Cambreling en la espectacular apertura del Festival 2000, entre lo más esperado este año hay un Cosí fan tutte con la soprano finlandesa Karita Mattila. Se sabe que los personajes se moverán entre enormes esqueletos de insectos y en cocinas alicatadas, según la puesta en escena del provocador Hans Neuenfels. Es uno de los artistas favoritos de Mortier, pero menos querido entre espectadores conservadores como los de la Staatsoper de Viena, donde no ha vuelto a ser invitado después del escándalo que provocó su Profeta.

Como novedad es de destacar L´amour de loin (El amor de lejos), de la compositora finlandesa Kaija Saariaho. Con puesta en escena de Peter Sellars y dirección de Kent Kagano, este encargo del festival cuenta la historia de un trovador que se entrega a un amor imaginario y se basa en un libreto del célebre novelista Armin Maaluf.

El festival celebrará con la representación de Pique dame, de Chaikovsky, dirigida por Valery Gergiev, el 25 aniversario de la presencia en Salzburgo de Plácido Domingo.

Otras funciones claves en el programa son el Tristán e Isolda dirigido por Lorin Maazel con escenografía de Eduardo Arroyo; Iphigénie en Tauride, de Christoph Willibald Gluck, con dirección de Ivor Bolton; La belle Helene, de Offenbach, y un Idomoeneo dirigido por Michael Gielen, por citar sólo algunas de las lujosas funciones.

Cuatro conciertos bajo el título Compositores en transición -dos de ellos de la London Synphony Orchestra- serán dirigidos por Pierre Boulez, en homenaje a su 75 aniversario.