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35º CONGRESO DEL PSOE

Los delegados deciden por amplia mayoría que el secretario general sea elegido en una sola vuelta

Anabel Díez

Los delegados del 35º Congreso del PSOE votaron poco antes de las tres de la madrugada a favor de la elección del secretario general en una sola vuelta por 543 votos a favor, 252 en contra y 32 abstenciones y con la ausencia de 171 compromisarios. Quedaba refrendada, con el 65% de los votos, la propuesta del presidente de la comisión política, Manuel Chaves, respaldada por José Bono y no discutida por José Luis Rodríguez Zapatero. La fórmula elegida impide posibles alianzas entre los candidatos minoritarios para derrotar en la segunda vuelta al ganador de la primera ronda. Los partidarios de Rosa Díez y Matilde Fernández se preguntaban anoche por qué es legítimo pactar con minorías para formar Gobierno, como ha hecho el PSOE en Aragón y Baleares, y no lo es para regir el partido. El debate estuvo salpicado de algunos abucheos y cierta crispación.

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Los 998 delegados del congreso socialista votarán a primera hora de la tarde de hoy al futuro líder del PSOE por el sistema de una sola vuelta. Aquél que obtenga un voto más que los demás será considerado "candidato electo" y tendrá la tarea de encabezar un equipo, una ejecutiva, que deberá someter el domingo a la votación del plenario. Esto es lo que se ha llamado "vuelta y media".El porcentaje eventualmente escaso con el que haya resultado elegido el candidato electo podrá completarse al alza en esa votación posterior en la que se presenta con toda su ejecutiva. Además, si hubiera conseguido integrar a dirigentes de otras candidaturas, el respaldo subiría considerablemente. Éstas son las virtudes que los defensores de este sistema han esgrimido frente a los partidarios de la segunda vuelta. Los primeros, alineados en torno a José Bono y José Luis Rodríguez Zapatero, frente a los afines a Rosa Díez y Matilde Fernández.

A favor de la propuesta triunfante tomó la palabra Justo Zambrana, ex consejero de Castilla-La Mancha y persona de confianza de José Bono, frente a los partidarios de la segunda vuelta, Juan Ignasi Pla y Vicente Garcés. El senador extremeño Francisco Fuentes, representante del sector guerrista, pretendió que este asunto se dirimiera en votación secreta y no a mano alzada como está previsto en los estatutos. La petición de Fuentes iba acompañada de un pliego de 270 firmas. El presidente del congreso, Marcelino Iglesias, no permitió el voto secreto, sólo previsto para la elección de los órganos federales.

El asunto empezó mal, pero pronto se vio voluntad de reconducirlo aunque no sin tropiezos. A la una de la madrugada se constituía la Comisión de Modelo de Partido para dirimir lo que ha sido objeto de controversia durante los dos últimos meses. Los ánimos estaban un tanto crispados porque, en un primer momento, los miembros de la Mesa pretendieron dejar fuera de esta comisión a muchos delegados dispuestos a defender la segunda vuelta, según la denuncia en las puertas de la comisión de los que se sentían afectados. Más de 500 compromisarios socialistas se habían adscrito a esta comisión, doblando en número a las otras tres destinadas a debatir sobre proyectos políticos.

Ante las amenazas de impugnación, la mayoría decidió acabar de inmediato con cualquier atisbo de irregularidad. Ni siquiera se esperó a comprobar en comisión si la propuesta de la supuesta minoría tenía el 20% obligatorio para poder ser debatida en pleno. Todas las propuestas pasaron al pleno, interrumpiendo incluso el trabajo de las otras comisiones, para que todos los delegados votaran las polémicas normas sobre el modo de elección del líder del PSOE.

Los argumentos a favor y en contra de la primera vuelta son antagónicos y difícilmente reconciliables, tal y como pusieron de manifiesto sus defensores y detractores. "Este sistema permite la integración", dijo Manuel Chaves en el pleno del congreso, horas antes de que los delegados votaran.

Los intentos de los guerristas, de la corriente Izquierda Socialista, así como de los partidarios de Rosa Díez de convencer a Nueva Vía, es decir, a los afines de José Luis Rodríguez Zapatero, para que apoyaran la doble vuelta fueron inútiles. El diputado leonés se había comprometido en los prolegómenos del congreso a apoyar la propuesta "mayoritaria" y no iba a desdecirse. Los partidarios de Rodríguez Zapatero acariciaban hasta hace sólo una semana la idea de apoyar la segunda vuelta al considerar que ese sistema favorecía a su opción. Sus cálculos les indicaban que, en una primera vuelta, Bono y el líder de Nueva Vía quedarían como finalistas. A partir de ahí tenían informaciones que les permitían suponer que acopiarían los votos de Díez y Fernández.

"Yo sé cual es el procedimiento que me beneficia pero no lo voy a defender sino que voy a aceptar la decisión que tome la Comisión Política", dijo Rodríguez Zapatero arrojando sobre Rosa Díez y Matilde Fernández un jarro de agua fría. Previamente Rodríguez Zapatero supo que Manuel Chaves tenía la conformidad de la mayoría de los secretarios regionales para llevar adelante su propuesta de única vuelta.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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