EE UU ayudará a Corea del Norte si abandona el programa nuclear de misiles
Vladímir Putin tendrá que explicar este fin de semana a Bill Clinton lo que obtuvo en su visita el pasado miércoles a Corea del Norte, la primera que realiza un presidente de la Rusia de hoy. Por su parte, el Gobierno de EE UU aseguró ayer que está dispuesto a cooperar con el programa espacial norcoreano si Pyongyang renuncia a desarrollar el de misiles balísticos intercontinentales. El líder norcoreano, Kim Jong-il, afirma que hará tal cosa si otros países le "proporcionan cohetes" para explorar el espacio.
Corea del Norte es uno de los países que Washington denomina Estados delincuentes y con cuya existencia justifica el proyecto de crear un escudo antimisiles que engloba el multimillonario programa de defensa contra misiles (NMD, en sus siglas en inglés) ideado por el Pentágono. Hasta ahora, las tres pruebas realizadas (la última este mismo mes) han sido un rotundo fiasco. El secretario de Defensa, Richard Cohen, presentará en las próximas semanas un informe a Clinton para que éste se pronuncie. Quizá el titular de la Casa Blanca opte por pasar la patata caliente a su sucesor.La Administración norteamericana insiste en que tendrá en cuenta la opinión de los países de la Alianza Atlántica. Alemania y Francia -esta última especialmente- no ocultan sus reticencias ante el temor de que pueda poner en peligro el equilibrio nuclear.
Rusia denuncia el plan de Estados Unidos por estimar que representa una flagrante violación del tratado de misiles antibalísticos firmado por Leonid Breznev y Richard Nixon en 1972, y propone como alternativa un sistema de defensa antimisiles conjunto con la OTAN, una especie de escudo contra misiles tácticos de corto alcance, algo que Washington estima insuficiente.
Apoyo de China
Putin logró el respaldo del presidente chino, Jiang Zemin, durante la visita que el líder ruso realizó esta semana a Pekín. Ambos criticaron el plan norteamericano y advirtieron a Washington sobre las "graves consecuencias" que tendría el NMD para la seguridad mundial.Japón teme que la cuestión emerja con fuerza este fin de semana en Okinawa y recalca que no figura específicamente en la agenda de la reunión del G-8. Tokio apoya, aunque no abiertamente, el programa norteamericano, sobre todo porque pretende trasladarlo a una versión asiática más modesta en la que colaboraría Washington.
Los nipones se muestran muy preocupados con el desarrollo de los misiles norcoreanos tras el incidente de hace dos años, cuando Pyongyang lanzó, sin previo aviso, un cohete que sobrevoló Japón. Las dos partes parecen, sin embargo, decididas a entrar en una fase de deshielo. Sus respectivos ministros de Asuntos Exteriores tienen previsto entrevistarse la semana que viene en Bangkok,la capital tailandesa.
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