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TOUR 2000 17ª etapa

Botero, un 'escarabajo' evolucionado

El sucesor de Virenque, un héroe en Colombia, no sólo vale para la montaña

Lucho Herrera en 1985 y 1987. Santiago Botero en 2000. Dos colombianos con el maillot de puntos. Dos héroes en el país más montañómano. El pionero de los escarabajos y el nuevo descubrimiento de la modernidad. Herrera creó escuela tras su victoria en la Vuelta a España. Él abrió el camino a Fabio Parra (tercero en el Tour del 88, el de Pedro Delgado), Álvaro Mejía (cuarto en el 93, el tercero de Induráin) y otros. Botero anuncia un nuevo tiempo. Un ejemplo: su compatriota Víctor Hugo Peña (Vitalicio) ganó una contrarreloj en el Giro. Toda una novedad.A falta de que transcurran las etapas llanas y llegue hasta París, se puede asegurar que Botero tiene ganado el maillot de la montaña, un premio casi tan preciado en su país como el amarillo. Pero él es un colombiano evolucionado. No reniega de lo anterior. Sólo quiere abrir una nueva página en el ciclismo colombiano. Quiere que se aprecie tanto a quienes no se cansan de subir los Andes una y otra vez como a quienes ruedan en la meseta.

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El maillot de puntos, sin embargo, tiene un precio. En su país le adoran. No necesita volver allí, a su casa de Medellín, para palparlo. Ayer se reunió en la meta toda la colonia colombiana de Lausana y el corredor del Kelme no tuvo un momento de paz. "En Colombia son muy exagerados", resopla Botero. "Y no es para tanto". La presión en los últimos meses, desde antes de sus gestas en el Tour, le agobia. Debe entrenarse con maillots anónimos, sin distintivos, para que no le reconozcan. Y no es ajeno a la oleada de secuestros perpetrados en los últimos meses contra ex ciclistas profesionales (Lucho Herrera, Oliverio Rincón). La unión de estos factores le ha obligado a tomar la decisión de trasladarse a España después de su boda, en octubre.

El cambio de residencia cambiará su vida. Pero no más que los Pirineos y los Alpes, que el maillot de puntos y la etapa de Briançon. Botero es un hombre-Tour, no cabe duda. Este año, en su primero, ha sido el mejor escalador. De no ser por un desfallecimiento en Hautacam que le hizo perder casi 12 minutos, él habría ganado la clasificación parcial en las cinco etapas montañosas del Tour, con un minuto y 44 segundos de ventaja sobre el mejor, Armstrong. Es un más que digno sucesor de Virenque, con sus cinco reinados en la montaña. El francés se ha quedado este año sin poder igualar el récord de Bahamontes y Van Impe (seis cada uno) y sabe que la edad se le echa encima.

Los datos de Botero pueden llevar a engaño, porque no es sólo un alpinista. Es también un buen correcaminos. Contrarrelojea, lo cual le permite aspirar próximamente no sólo al premio más colombiano, sino al gordo del Tour.

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