Comienza la era Florentino Pérez
El nuevo presidente del Real Madrid venció a Lorenzo Sanz en las elecciones por 3.167 votos
A las 10.30 de ayer, tras 13 interminables horas de recuento de votos, Florentino Pérez Rodríguez, de 53 años, se convirtió en el nuevo presidente del Real Madrid. Tres mil ciento sesenta y siete votos de margen sacó Pérez a su rival en las urnas, Lorenzo Sanz, que tras conocer la noticia de manera oficial llamó por telefóno al nuevo presidente para felicitarle. Pasadas las ocho y media de la tarde, Pérez tomó posesión de su cargo en la sala de trofeos del estadio Santiago Bernabéu. Las primeras palabras del presidente fueron de agradecimiento a los socios que le prestaron su apoyo (16.469 por 13.302 que votaron a Sanz). "El madridismo ha votado por el cambio, y aquí lo tiene", dijo Florentino Pérez, antes de estrechar la mano de Lorenzo Sanz.
Con un discurso sencillo, por fortuna breve para las autoridades, periodistas y aficionados que se agolpaban en una sala donde no había aire acondicionado, el nuevo presidente del Real Madrid estrenó su cargo. Pero antes de que llegaran los agradecimientos, Florentino Pérez tuvo un recuerdo para el concejal del PP asesinado en la noche del pasado sábado. "Como ciudadano español, ayer sentí el latigazo del terrorismo, de la barbarie. Por delante de mis sentimientos como presidente quiero expresar mis condolencias a la familia del asesinado", dijo en el arranque de un discurso en el que fue agradeciendo la colaboración de los socios, "los que me han votado y los que no", de los empleados del club, y valoró a Lorenzo Sanz "como se merece quien ha colaborado para escribir la historia del Real Madrid".Luego aseguró que llevaría a cabo todo lo prometido y reiteró su compromiso de conseguir que el Madrid siga siendo "el club más grande del mundo". Antes que Pérez, habló Lorenzo Sanz. Él también leyó su discurso y lo hizo con gesto de emoción y algo atrpelladamente. Felicitó al que hasta el domingo fue su rival, "al que deseo toda la suerte del mundo", y pidió el apoyo del madridismo en pleno. Luego recordó el bagaje de sus años de mandato en cuanto a trofeos y aseguró haber desarrollado su labor "con toda honestidad". "Me siento orgulloso", dijo para concluir, "de dejar al nuevo presidente un club mejor del que recibí". Con un "hala Madrid", Lorenzo Sanz dijo adiós y se echó a un lado, para que Florentino Pérez tomara la palabra.
Cambio. Esa fue la palabra mágica que el nuevo presidente no se cansó de repetir en un día, el de ayer, cuya llegada llevaba cinco años esperando. "No vamos a defraudar al socio. Seguro. Durante casi un mes he explicado en qué consiste mi proyecto para construir el Real Madrid del futuro. El aficionado lo ha valorado y a partir de ahora sobran las palabras y toca trabajar para el Madrid".
Dijo el presidente que quería tranquilidad. Tranquilidad para emprender todas las reformas que, según él, necesita el club. Tranquilidad para cumplir todas sus promesas. Pero poco tardó el presidente en ponerse en marcha. Fue conocerse los resultados oficiales y recibirse una llamada en el Bernabéu. A un lado del teléfono, Florentino Pérez; al otro, Julio Senn, director general del club. La orden fue tajante: "Quiero las cuentas del club. Y de manera inmediata, las del baloncesto". Considera Pérez que el verano, lejos de perjudicar su plan de trabajo, lo va a simplificar. La petición de una auditoría no se va a hacer esperar.
Pese a estar dolido por los comentarios vertidos desde la otra candidatura, en la que se dejaban caer sospechas de fraude en el voto por correo, Pérez se mostró conciliador. "Seguro que en la herencia que me encuentre hay cosas buenas y malas. Pero se ha visto que el socio del Madrid, por mucha Copa de Europa que se haya ganado, quiere un cambio. Y lo va a tener. Hasta el último momento se ha hablado de impugnación y se ha querido prolongar de manera gratuita el recuento de votos . Hechos como ése no se van a repetir en este club".
"Desde la tranquilidad", continuó, "quiero conocer el club, conocer a las personas que en él trabajen. Quiero hacer una máquina perfecta, pero no sólo a la hora de ganar títulos. También en organización". El presidente madridista prefirió no entrar a comentar los temas de más actualidad, "no hablo de nombres propios, pero me ratifico en lo ya dicho", contestó al ser cuestionado sobre Figo, Zidane o Anelka, y se comprometió a hablar, "en cuanto tenga un minuto libre", con Del Bosque y Pirri, "que serán quienes decidan en la parcela deportiva. "¿Y Valdano?, se le preguntó. Sonrisa en ristre, Florentino Pérez volvió a repetir: "No hablo de nombres propios".
Entre los presentes en la toma de posesión estuvieron el alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano; el presidente de la federación, Ángel María Villar, y la mayoría de los trabajadores del club, entre los que se pudo ver a Pirri, pero no a Del Bosque. A las 21.45, dos horas después de convertirse oficialemente en presidente, Pérez le echaba una nueva ojeada a las Copas de Europa. También a las dos más recientes, "esas de las que", decía Pérez en campaña, "ha querido aprovecharse la otra candidatura". Pero ayer ya no había críticas. Ayer, Florentino fue recibido con gritos de "¡presidente!" y se fue del Bernabéu como tal.
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