"En España hay excelentes animadores, pero falta la industria"
Es el Antonio Banderas de los dibujos animados. Raúl García (Madrid, 1958) fue pionero de la animación en España. Se integró en el equipo de animación de la película ¿Quién engañó a Roger Rabbitt? y ha trabajado nueve años para Disney. Ahora es director de secuencia en la Paramount. En el pasado Festival de Cine de Málaga, presentó el libro Actores del lápiz (Ediciones de Ponent), un acercamiento a las técnicas de animación. Pregunta. ¿Sirve este libro para animar a los dibujantes españoles?
Respuesta. En esto de la animación nos dedicamos en España cuatro chalados y cosas como una escuela de animación estaría muy bien. Está claro que libros como éste son casi lo único que existe para que la gente se inicie en este tema y a mí siempre me ha interesado allanar el camino a los que empiezan. No hay que intimidarse.
P. ¿Son buenos los dibujantes españoles?
R. En España hay dibujantes muy buenos, incluso dedicados a la animación, excelentes. Ya en los años ochenta se hacían aquí la mayoría de las series Pitufos, Lucky Luke o Picapiedra. El problema es que no hay una industria que respalde a estos dibujantes. Por eso, los pocos españoles que estamos en EE UU no trabajamos aquí. Los presupuestos que se manejan son tan ínfimos y los estudios tan francotiradores que la gente no puede evolucionar. Si hubiese pequeños estudios con producción propia, sería magnífico. Pero la mayoría son trabajos de encargo americanos. En Europa sólo funcionan independientemente los alemanes.
P. ¿Y el éxito japonés?
R. Japón es el único país donde se ven dibujos animados como cualquier película, sin prejuicios. Además la animación japonesa es muy creativa: está hecha con poco dinero y sustituyen con trucos y movimientos de cámara horas de animación norteamericana.
P. ¿Fue autor de cómic?
R. Lo intenté, más bien por defecto, porque no había manera de hacer animación aquí. Pero descubrí que había gente mejor que yo.
P. ¿Por qué se llevan tan pocos cómics de autor a la pantalla?
R. Los cómics que nos gustan tienen un grafismo particular y definen la sensibilidad de un autor. Y el dibujo animado es contrario al individualismo. Una película es la obra de cientos de personas.
P. ¿El dibujo animado es más adulto?
R. Lo del secuestro al niño para ver películas de dibujos y que no te miren mal tus vecinos ya pasó a la historia. Quizá empezó Disney con La sirenita. Y ya se ha afianzado con las siguientes. El jorobado es una película adulta. O Toy story y El gigante de hierro.
P. ¿Y por qué dejó Disney?
R. ¿No le parecen suficientes nueve años dentro de esa máquina?
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