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El imam de Fuengirola explica formas de pegar a las mujeres Asociaciones musulmanas se dirigen al Congreso de los Diputados

La publicación del libro La mujer en el islam, en el que se propone una modalidad de paliza que no deja marcas, del que es autor el imam de Fuengirola, Mohamad Kemal, ha desatado la indignación de los colectivos de mujeres musulmanas afincadas en España, que exigen su retirada del mercado. Las asociaciones An-Nisa e Inshallah consideran que hay afirmaciones en el libro que podrían constituir un delito de apología de malos tratos.

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El rechazo unánime expresado por las portavoces de An-Nisa e Inshallah, Jadicha Candela y Yaratullah Monturiol, respectivamente, se basa en que el autor se permite dar una serie de consejos, tales como que: "los golpes se han de administrar a unas partes concretas del cuerpo como los pies y las manos, debiendo utilizarse una vara no demasiado gruesa, es decir fina y ligera, para que no deje cicatrices o hematomas en el cuerpo", que podrían interpretarse como una justificación para quienes infringen palizas a sus mujeres pretendiendo creer que su conducta está protegida por la doctrina islámica. La Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas (Feeri) por boca de su representante en Cataluña, Marian Cabezos, se ha sumado a las quejas de sus compañeras que de forma unánime consideran "intolerable" que se hagan unas afirmaciones que podrían constituir un delito de apología de malos tratos. Las mujeres musulmanas declaran que el libro no podía ser mas inoportuno en un momento en que tanto el Gobierno central como los autónomos promueven campañas para sensibilizar a la población contra la violencia doméstica y ayudar a las víctimas. Por todo ello están realizando una serie de gestiones tendentes a no dejar pasar por alto la imprudencia que califican de "temeraria" cometida por Kemal y en su empeño están dispuestas a llegar a los tribunales, aunque el bufete que les asesora constata de entrada lagunas legales en la legislación española que no contempla la apología de malos tratos como delito, ya que únicamente están tipificadas como tales la del terrorismo, del genocidio y de estragos.

La comisión mixta por la igualdad de la mujer del Congreso de los Diputados ha recogido, a través de la portavoz del PSOE Micaela Navarro, la petición de los colectivos de mujeres musulmanas para que elaboren una proposición no de ley que penalice la violencia doméstica que tanto preocupa a amplios sectores de la población y de manera especial a la comunidad islámica.

Para la portavoz de la asociación An-Nisa (que significa las mujeres), la letrada Jadicha Candela, el texto que figura en el capítulo sexto del libro La mujer en el Islam es doblemente preocupante porque constituye, en su opinión, "la punta del iceberg de una interpretación misógina del islam". En las declaraciones realizadas a este diario por Cabezos, Monturiol y Candela se percibe un idéntico afán por clarificar que los preceptos de Mahoma no tienen nada que ver con pegar a la mujer: "nuestro profeta nos protegió hace catorce siglos de las palizas que el marido propinaba a sus mujeres sistemáticamente. Nos protegió de algo que sigue siendo un azote para las mujeres".

Así lo dicen de palabra y así lo hacen constar en el escrito que han dirigido al imam de Fuengirola y estudioso del islam Mohamad Kemal en el que por activa y por pasiva insisten en disipar cualquier duda de que el profeta considera "el peor hombre de la comunidad a aquel que maltrate a su esposa".

La larga misiva se ha enviado tambien a los editores y distribuidores de la publicación: la Casa del Libro Árabe de Barcelona y el Centro Cultural Islámico de Madrid. Algunos de los párrafos de la carta son de gran dureza como los que señalan que los métodos propuestos por el imam de Fuengirola para golpear a las esposas constituyen "técnicas utilizadas por los torturadores para no dejar huellas e impedir incluso que puedan ser denunciados".

Más adelante las asociaciones aluden a que aconsejar dichos métodos pueden ser un delito en España y ello no favorece en nada la buena imagen que los musulmanes se esfuerzan por transmitir en los países en los que son una minoría.

Las entidades islámicas a las que pertenecen tanto Monturiol como Cabezos y Candela trabajan miembros que como ellas han nacido en Cataluña y en otros puntos de España y que por diferentes motivos decidieron en un momento de sus vidas profesar la religión de Mahoma. Por su conocimiento de las dos culturas están dispuestas a actuar de puente para dar a conocer mejor a los inmigrantes que recalan cada vez más en el territorio español. Constatan que algunas personas al llegar a España importan su religión lo que merece todo su respeto, pero reconocen que lamentablemente también traen consigo unas costumbres que, como en el caso de propinar palizas a las mujeres de la casa, condenan con todas sus fuerzas.

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