"Hay derechos que están por encima de la propiedad privada"
La pasada semana visitó Barcelona, el miércoles Valencia y ayer Bilbao. Un ritmo que tiene a Ismael Serrano "cansado" de atender a tanta prensa. Pero ése es el precio que el cantautor madrileño, de 26 años, tiene que pagar si quiere dar a conocer las 12 canciones de Los paraísos desiertos. En éste su tercer elepé para Universal se atreve con géneros como el jazz y con matices étnicos africanos, suscribe consignas como "un desalojo, otra okupación". También campa a sus anchas parte de la fauna nocturna, desde porteros de discoteca a las prostitutas a las que tantos versos dedica Sabina. Así es la última entrega de un artista que anhela producir y componer para otros colegas y escribir un guión de cine.
Pregunta. ¿Es éste su disco más ecléctico?
Respuesta. Sí, me parece que doy otra vuelta de tuerca musicalmente a lo que ya había hecho y aparecen otras referencias, desde Pat Metheny a Rubén Blades, pasando por Sinatra y otras cosas. En ese sentido, musical, rítmica y armónicamente es más abierto, no es un disco tan solemne como el anterior, sino que es un concepto más jazzístico, más de grupo, más de club.
P. El anterior disco dijo afrontarlo "acojonado". ¿Qué sensación le invade esta vez?
R. Hombre, creo que también lo estoy ahora, en el sentido de que son muchas las incertidumbres, las dudas. Entre otras cosas, porque uno no sabe si va a estar a la altura de las expectativas de la gente y porque no se quiere estancar musicalmente. Creo que todo solista se obsesiona por tener un sonido que le identifique.
P. El suyo se asemeja mucho a Joan Manuel Serrat...
R. Es cierto. Esa referencia por supuesto que sale en mi forma de cantar, pero es que las referencias a cantautores como Serrat, Aute y Silvio, con los que aprendí a cantar y a componer, van a estar siempre ahí. Luego hay otras que me parece muy saludable que salgan: cantautores americanos como Cat Stevens, antes de convertirse al Islam, y James Taylor; el Rubén Blades de su último disco, que da otra vuelta de tuerca a la salsa; los boleros, porque me gusta cómo canta Chavela los de José Alfredo... Todas esas cosas, joder, también está bien que salgan en mis canciones.
P. Letra o música. ¿De qué está más satisfecho?
R. En este caso creo que se llega a un equilibrio entre lo que se dice y cómo se dice, que es el reto de un cantautor. En cuanto a contenidos, éste quizá es mi disco más urbanita, más noctámbulo, aunque sigue fiel a ese compromiso con la realidad, a la esencia de lo que soy. No es rupturista.
P. Sorprende que le dedique una canción al movimiento okupa, cuando usted nunca ha tenido problemas de vivienda.
R. En primer lugar, uno se puede solidarizar con problemas que no tiene... En segundo lugar, no sólo defiendo la okupación como un ejercicio del derecho a la vivienda por encima de la especulación que se maneja en torno a esos edificios abandonados, sino que también la defiendo como desarrollo de un movimiento y una cultura alternativa. Los edificios también se okupan para desarrollar centros culturales, islas de resistencia donde se defiende una forma alternativa de organizarse económica y socialmente en contra de este pensamiento único, de este neoliberalismo que nos imponen. Me parece digno de alabanza.
P. ¿Quiere decir que no defiende la propiedad privada?
R. Eh... No, que me parece que hay derechos que están por encima del derecho a la propiedad privada. El derecho a la vivienda, la dignidad del ser humano y el derecho al trabajo están por encima.
P. Tiene en su poder un par de discos de platino. ¿Siguen sin inquietarle las ventas?
R. Por supuesto que me preocupan, yo quiero difundir mi música, pero para mí el éxito no es ser un superventas sino tener una continuidad en esto de la música. Y, aun sabiendo que no existe justicia musical y que muchas veces los criterios que imperan no son meramente artísticos, me considero muy afortunado. Quiero pensar que es por mi validez artística.
P. ¿Por qué ya no se escucha ni se escribe de los jóvenes cantautores?
R. Bueno, porque el mercado se guía por estrategias de mercadotecnia que hacen que sea pendular, que se considere que ya no está de moda la canción de autor. Pero se equivocan, ya que fuera de la industria sigue habiendo gente que la reclama.
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