"La violencia no impide que actuemos con libertad"
María Ángeles Montes (Getxo, 1955) tomó posesión el pasado 30 de junio del puesto que venía ocupando en funciones desde hacía más de tres años, cuando Jesús Cardenal fue nombrado repentinamente fiscal general del Estado.Durante ese tiempo, han sido muchas las voces que se han alzado para criticar esta prolongada situación. Sin embargo, Montes reconoce tranquila que, aunque le resultó molesto, lo que le preocupa realmente es hacer bien su trabajo.
Trata de permanecer siempre a la sombra de la esfera pública, así que María Ángeles Montes recela de los medios de comunicación en los que no le gusta aparecer y a los que critica el no ajustarse a la realidad judicial. Estudiosa y tenaz, es una de las dos únicas mujeres fiscal jefe en España y, la más joven. De su trabajo le gusta casi todo, sobre todo lo que pueda beneficiar a otros. Por eso recuerda cuando, al comienzo de su carrera, la viuda humilde y con un hijo deficiente víctima de robo con homicidio le preguntó cuánto le debía por haber propiciado con su actuación la condena del asesino de su marido. A Montes, madre de tres hijos, le gusta fotografiar a su familia en vacaciones, jugar al tenis, y le enganchan los puzzles, el punto de cruz y el petit pois. La arqueología es su segunda pasión.Pregunta. ¿Cree que se sigue teniendo la imagen televisiva del fiscal acusador implacable?
Respuesta. Todavía hay parte de la sociedad que nos ve como lo que aparece en los medios de comunicación y, sobre todo, en las películas. Pero, cada vez viene más gente a la Fiscalía a pedir asesoramiento y a presentar denuncias; muchos se sorprenden de que se pueda llevar otro tipo de trabajo que no sea el de estar acusando y pidiendo una serie de años de prisión para una persona, que es la idea generalizada que ha existido siempre.
P. Se tiene la impresión de que hay cierta inhibición por parte de los fiscales y de que no actúan lo suficiente.
R. Los fiscales tenemos que tener conocimiento del hecho delictivo para actuar. Si no hay alguien o un medio de comunicación que nos lo diga, no podemos hacerlo. Ahora, se oye mucho: '¿Qué ha hecho la Fiscalía?'. La Fiscalía puede actuar y los ciudadanos y los jueces también. Nosotros [los fiscales del País Vasco] hemos abierto diligencias de oficio más de una vez, y de dos, y de tres, y de cinco. Claro que actuamos; recuerdo que lo hemos hecho en delitos ecológicos, con motivo de las coacciones y amenazas al PNV, PP y PSOE, entre otros casos.
P. No se entiende por qué en denuncias de casos similares unas se archivan y otras prosperan.
R. Yo tampoco lo entiendo. La ley es abstracta y se interpreta por personas. Yo leo sentencias del Supremo y a veces son contradictorias.
P. ¿No es injusto esa apreciación tan subjetiva?
R. Me parece que sí. Yo creo que hay una carencia de seguridad jurídica. Lo que importa a los que estamos en esta profesión es que haya una seguridad sobre las cosas; que si yo pido una condena equis pues que sea esa condena y que por los mismos hechos sea la misma. Pero los juzgados son independientes, son autónomos. En la Fiscalía intentamos tener unidad de acción para lograr la misma actuación por los mismos hechos.
P. En el caso de la mujer brasileña violada en comisaría, el fiscal no sólo no acusó sino que actuó contra la víctima, lo que llevó al Tribunal Supremo a dar un varapalo a la Fiscalía.
R. A veces, los medios de comunicación dan una trascendencia que no existe. No digo que sea éste el caso porque es una denuncia por violación y además en un centro policial pero, a veces, el daño que se puede causar es tremendo porque no se acusa a la persona imputada, sino a una institución. La víctima para ser creible tiene que dar una versión de los hechos absolutamente clara y definida desde el primer momento y mantenerla a lo largo de todas las declaraciones. En este caso, para mí, no había indicios suficientes para sentar a una persona en el banquillo. Había mentiras claras. Yo sigo sin creerme la versión. Y, en cuanto a un varapalo a la Fiscalía, pues me tiene sin cuidado porque actuó con toda corrección.
P. Ha mencionado a los medios de comunicación. A los ciudadanos les sorprende que cada vez más sustituyan a la Justicia en la denuncia de los delitos.
R. Muchas veces aparecen hechos delictivos a través de los medios de comunicación porque los periodistas investigan algo que les parece raro y en lugar de ponerlo en conocimiento del fiscal, lo publican. La Fiscalía llega hasta donde puede llegar.
P. Se tiene la impresión de que el cargo de fiscal está politizado. En su caso, sustituyó en funciones a Jesús Cardenal, actual fiscal general del Estado, nombrado por el PP, y quien después le propuso a usted. ¿Hasta qué punto puede resultar creible su independencia o no le preocupa?
R. No me preocupa. Yo soy totalmente apolítica; soy fiscal y y lo que me importa es mi trabajo. Para asumir mi puesto hay que cumplir unos requisitos mínimos, que son años en la carrera. Junto con eso, hay que demostrar que se es capaz de llevar el cargo. Si no hubiera estado estos tres años en funciones a lo mejor también se me habría nombrado. Quizá he podido demostrar que he sido capaz de superar las dificultades. Los medios de comunicación decían que la Fiscalía estaba descabezada y preguntaban por qué no salía la plaza. A mí jamás se me ha preguntado. Que sacaran la plaza o no sacaran la plaza, ha sido algo que a mí no me ha preocupado nunca. ¿Respecto a que si es un puesto político? Pues no lo sé, yo creo que no. Mi propuesta pasa por un tamiz, que es nuestro Consejo Fiscal, y las noticias que yo tengo son que el fiscal general se abstuvo en la votación, como no podía ser de otra manera por la relación, y que el nombramiento fue por unanimidad.
P. ¿Cree que el fiscal jefe tiene especiales dificultades en el País Vasco por la situación de violencia? ¿Se puede ejercer con libertad?
R. Creo que se intenta ejercer con la máxima libertad y creo que se consigue. No es una situación agradable, pero no lo es para la sociedad en general. Pero la violencia no afecta al desarrollo de los asuntos. No tengo conocimiento de que se haya adoptado una resolución u otra presionados por una violencia exterior, social, de los grupos radicales.
P. ¿Usted tiene miedo?
R. Hasta el momento, la Fiscalía creo que no ha sido un objetivo muy directo. No lo sé. Varios fiscales tenemos medidas de seguridad, lo que supone cierta tranquilidad en ese aspecto. Hay cierta preocupación y precaución, pero se trata de llevar una vida lo más normal posible aunque somos conscientes de que vivimos en una sociedad un poco convulsionada. Las cosas son como son, pero en el trabajo diario los fiscales están en sus juicios y actúan con la mayor imparcialidad y objetividad.
P. ¿Cree que los delitos de terrorismo deberían ser juzgados en el País Vasco?
R. El terrorismo afecta a toda la nación y aunque hay opiniones distintas, yo considero que al igual que otros delitos que se ven en Madrid, los de terrorismo deben seguir siendo juzgados en la Audiencia Nacional.
P. La presión para el uso del euskera, ¿cómo puede afectar al desarrollo de la justicia?
R. La Administración de Justicia no se siente afectada porque garantiza la utilización de la traducción simultánea a través de los intérpretes, lo que no supone ningún tipo de vulneración de un derecho constitucional. La normalización del euskera en todos los ámbitos puede ser razonable y perfecto. ¡Ojalá todos conociéramos nuestro idioma! Pero, el pretender que gente de cierta edad podamos usar el euskera como si fuera nuestro idioma de pequeños, es bastante difícil.
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