La UE exige la devolución de 58.370 millones de fondos agrícolas

La Comisión Europea exigió ayer la devolución de 350,8 millones de euros (58.370 millones de pesetas) del Feoga-Garantía gastados de manera "indebida" por los Estados miembros entre 1997 y 1998 en ayudas agrícolas. Las correcciones decididas por Bruselas no recogen todavía las rectificaciones que tendrán que realizarse en España como consecuencia de las irregularidades detectadas en el cultivo del lino. De momento se pide a las autoridades españolas la devolución de 17,2 millones de euros (2.862 millones de pesetas), que se descontarán en la próxima liquidación del presupuesto agrícola."Las cifras españolas serán mucho mayores en otoño cuando aparezcan las correcciones relacionadas con el lino", auguró un portavoz de la Comisión Europea. En marzo se exigió a Madrid la devolución de 1,1 millones de euros, ahora se multiplica prácticamente por diez. Las irregularidades detectadas en España se deben principalmente a insuficiencias en la aplicación del sistema SIGC (7,2 millones de euros), a errores en la congelación de tierras en herbáceos (5,8 millones de euros) y a ayudas no autorizadas al plátano y a la transformación de tomate (2,8 millones de euros).

Bruselas exigió cuantías más elevadas, por ejemplo, a Francia (128,7 millones de euros) y Grecia (88,3 millones de euros). Para recuperar estos recursos lo que hace Bruselas es recortar las subvenciones que recibe el sector agrícola donde se han producido las irregularidades, así no tiene que esperar a que las sumas sean devueltas. La mayor parte de los problemas se detectaron en el sector de los cultivos herbáceos (174,4 millones de euros), en las primas al ganado (55,6 millones de euros) y en las restituciones a la exportación (49,8 millones de euros).

La Comisión Europea pretende, con la decisión de ayer, garantizar un empleo adecuado de los fondos que reciben los Estados miembros a través de la Política Agraria Común (PAC) y recuperar las subvenciones que han sido utilizadas de manera irregular. "Es una incitación para que los Estados miembros mejoren la calidad de sus sistemas de control y auditoría", declaró el comisario de Agricultura, Franz Fischler.