"El títere no es sólo arte, sirve a causas como la solidaridad"
El director del Festival Internacional de Marionetas de Tolosa, Miguel Arretxe (Tolosa, 1945), conoce como pocos el arte del títere y se ha ganado la confianza de los expertos internacionales. La semana pasada fue nombrado -con el apoyo del 94% de los delegados- secretario general de la Unión Internacional de la Marioneta (Unima), en el XVII Congreso Mundial que se celebró en Magdeburgo (Alemania). Arretxe liderará durante cuatro años la gestión de la primera organización internacional del mundo del teatro. Creada en 1929 como asociación afiliada a la Unesco, Unima integra a 10.000 miembros de 70 países. Pregunta. ¿Qué sello se propone dejar en Unima?
Respuesta. Unima pretende unir a todos los que desde distintos sectores -la Universidad, el teatro o la pedagogía-, trabajan por el reconocimiento del arte de la marioneta. Hemos observado que falta comunicación y en eso pretendemos incidir ahora; en propiciar el intercambio de experiencias humanas, técnicas, artísticas, que nos hagan sentirnos parte de un movimiento que busca también el enganche del títere con la sociedad.
P. ¿Pero qué proyectos concretos se pondrán en marcha?
R. Hay uno prioritario, financiado parcialmente por la Unesco, que es la creación de la Enciclopedia Mundial de la Marioneta, dirigida por un catedrático polaco. Se trata de establecer los orígenes de la marioneta, que yo creo que es tan antigua como el hombre y fijar su historia y su situación actual.
P. ¿Qué momento vive hoy la marioneta?
R. Un momento esperanzador en el Primer Mundo y bastante preocupante en países de África. Allí hay una grandísima tradición del uso del títere en fiestas y rituales, pero dada la situación que atraviesan priorizan la salud o la educación u otras cuesiones para sobrevivir. Eso está poniendo en peligro el arte de la marioneta en este tipo de países. La situación se mimetiza con la de la humanidad y Unima debe hacer un esfuerzo por reequilibrarla.
P. ¿Cómo conjugar las diferentes culturas del títere con el carácter internacional que tiene la institución?
R. Creo que la cultura no es un elemento distanciador sino al revés, lo que nos distancian son la política, la economía o la religión. He visto países en los que hay conflictos de fundamentalismos religiosos en los que los titiriteros, sin embargo, se entienden bien. El títere es universal y lo demuestran encuentros como el que acabamos de celebrar.
P. ¿Cree que el arte de la marioneta está lo suficientemente reconocido?
R. No, pero tampoco hay que rasgarse las vestiduras. Sabemos que hay otras manifestaciones artísticas que acaparan mucho más la atención de las autoridades, del dinero... Pero la sociedad sí nos reconoce, como demuestra el número de representaciones y de espectadores, que es absolutamente mayor que el del teatro de actor en España.
P. Entonces, ¿por qué esa consideración de arte menor?
R. Lo comparo con la zarzuela y la ópera. Hay que luchar por aquélla, pero siendo realistas: nunca ocupará el sitio y la atención de la ópera. Con el títere pasa eso mismo.
P. ¿La presencia de los guiñoles en televisión está ayudando a popularizar el títere?
R. Sin duda, sobre todo, a renovar su imagen. Hay muchas personas que hoy tienen 30 o 40 años de edad y que tienen fijado un estereotipo que no corresponde con la realidad actual. La televisión, aunque no sea lo mismo que un títere hecho en directo, ha favorecido la apreciación de la marioneta.
P. ¿Entiende el títere exclusivamente como una manifestación artística?
R. Entiendo que la marioneta no es sólo una obra de arte sino que sirve a otras causa, como la solidaridad, o juega un papel importante en campañas de educación o higiene en el Tercer Mundo.
P. ¿Su nuevo cargo supondrá beneficios para Tolosa?
R. Ojalá alguien valore el hecho de que el equipo de Tolosa ha sido reconocido a nivel mundial por su actividad en el mundo del títere. A lo mejor sirve de acicate para, de una vez, empujar el Centro de Marionetas de Tolosa.
P. ¿Tiene ya una fecha?
R. Eso es lo que yo le pregunto al alcalde... Desgraciadamente, la situación política que atravesamos no favorece ese encuentro de distintas sensibilidades hacia un proyecto que yo creo muy importante.
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