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EUROCOPA 2000Semifinales

Un duelo de ideas claras

Holanda e Italia contrastan dos maneras opuestas de vivir el fútbol

Diego Torres

Holanda contra Italia es un duelo de ideas diáfanas. Un choque de dos maneras opuestas de vivir un mismo juego. Cada entrenador, cada jugador, sabe exactamente el ideal de fútbol que debe alcanzar. Dos ideales contrapuestos y dos equipos seguros de alcanzar la final de la Eurocopa por vías diferentes. Los italianos, dirigidos por un pragmático, Dino Zoff, que hace mención al concepto de "equilibrio" casi siempre que abre la boca, y al que siguen 22 soldados más o menos convencidos de que la máxima de las virtudes tiene algo que ver con el dolor físico. Con el sacrificio y la entrega solidaria para borrar al adversario del campo a base de presión y coraje. Eso implica que su contacto con el balón sea escaso. Algo distinto motiva a los holandeses. "En Holanda no hay hooligans", decía Stam hace dos días. "Aquí al fútbol vienen las abuelas, las madres, los niños, esto es una fiesta popular". Un ideal de placer conduce a los holandeses, que prefieren desenfado a la toma de precauciones. Esto se traduce en la intención clara de tener la pelota, alfa y omega de la diversión que produce el fútbol en un futbolista.Los entrenamientos que hicieron Italia y Holanda en la víspera del partido marcan sus diferencias. Italia hizo un calentamiento físico y luego pasó al partidillo que se prolongó hasta el final. En Holanda, el calentamiento fue seguido de una sesión de pases. El golpeo cadencioso de las pelotas resonaba en el bosque de Hoenderloo, donde los holandeses ensayaron un concepto elemental. Tan básico como el remate a puerta, que ejercitaron con centros desde los costados. Los italianos ignoraron por completo este punto. Eso sí: Italia ensayó disparos desde el punto del penalti y Holanda no. Quizá, uno de los ideales de Zoff consista en aguantar hasta el final sin marcar ni recibir goles para acudir a la prórroga y saldar el trámite en la tanda de penaltis.

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A la cabeza de la expedición italiana está Dino Zoff. El ex portero de la selección que ganó el mundial de 1982 es uno de los individuos menos elocuentes que han pasado por esta Eurocopa. En contra de la tendencia italiana a exagerarlo todo, Zoff es el extremo opuesto. Habla sin mover los labios. Su voz equivale a un ronroneo grave que brota como un hilo de sonido. Como la amenaza de un ladrido. Apenas dice nada. Ni a los periodistas ni a los jugadores. Su ronroneo se prolonga hasta el vestuario. "¿Qué nos va a decir?", bromeaba ayer Totti. "¡No habla nunca con los jugadores antes del día del partido!".

¿Qué le va a decir Zoff a sus jugadores? El técnico lo explicó lisa y llanamente: "Que ha llegado un partido importante, que nadie daba crédito, que en un principio nadie pensaba que podíamos llegar a la final y ahora podemos conseguirlo. Que no deben pensar en que están cansados porque tienen que jugar". De la oratoria de Zoff no deben esperarse prodigios, pero no debe hacer mucha falta. Los jugadores llevan el estilo de juego que propugna en la sangre y saben que no deben alejarse mucho de su portero. Todos atrás, a recuperar la pelota y lanzarla a Totti para que resuelva con Inzaghi.

Italia jugará con tres centrales muy rápidos: Nesta en el medio, Cannavaro por la derecha y Iuliano a la izquierda. Esto conducirá a dos duelos en las bandas: los laterales de largo recorrido de Italia, Zambrotta y Maldini , se las verán con los extremos holandeses, Overmars y Zenden. Santo y seña de la selección naranja, del éxito de sus dos extremos dependerá hoy buena parte del partido. Al medio campo combativo de Italia, con Albertini como conductor, Di Biaggio como destructor sumándose a los disparos lejanos, y Fiore más libre, oficiando de enganche a ratos, se enfrentarán Davids y Cocu en desventaja numérica. Pero si Bergkamp tiene un buen día y ayuda a sus compañeros y si Kluivert rota como un pivote y mantiene la puntería, entonces Italia estará perdida.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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