El fiscal jefe destaca que hay más denuncias por violencia en matrimonios que en parejas de hecho
La Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Comunidad Valenciana alertó ayer de nuevo de la persistencia del fenómeno de la violencia doméstica. Este departamento recibió durante el año pasado 848 denuncias relacionadas con este apartado, apenas tres menos que en 1998 pero un 450% más de las tramitadas hace apenas dos años, en 1997. El fiscal jefe, Enrique Beltrán, también desautorizó las teorías que destacan la mayor conflictividad de las nuevas formas de convivencia: de las 851 denuncias de malos tratos, la mayoría, el 76%, se dieron en matrimonios canónicos y civiles.
"No es cierto lo que se dice por ahí de que los que estamos casados nos pegamos menos", aseguró Beltrán ayer, durante la presentación de la memoria de 1999 de la Fiscalía. Este documento, que registra minuciosamente la actividad del organismo del estado encargado de perseguir la delincuencia, subraya por segundo año consecutivo la importancia social de la violencia doméstica.Según la memoria, la presentación de denuncias en este apartado ha crecido en un 450% entre 1997 (154) y 1999 (848). Beltrán no dudó en achacar este exorbitante incremento a la pérdida de "miedo" por parte de las víctimas de este tipo de delincuencia, que, hasta la concienciación por parte de las autoridades y la sociedad de la trascendencia del problema, escondían sus tragedias.
De hecho, entre 1991 y 1993, las denuncias por lo que el fiscal jefe califica de violencia familiar fueron tan sólo seis. Además, este tipo de delincuencia se manifiesta de múltiples formas: desde el homicidio o asesinato (tres, siempre en cifras de 1999) hasta la agresión física que se traduce en lesiones (512). Cabe recordar un dato no por obvio menos ejemplificador de quién padece este fenómeno, la mujer. El ministerio público registra 55 varones por 336 mujeres víctimas de esta lacra.
Mayor protección legal
El fiscal jefe abundó ayer en el problema de la violencia familiar. Y lo hizo para demandar más diligencia en la persecución de estos delitos a la fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y un esfuerzo suplementario, a jueces y fiscales, para acelerar la tramitación de las investigaciones. Todo ello porque la violencia "que nace en o durante la convivencia, se suele, en muchas ocasiones, prolongar tras el cese de la vida en común, bien se trate de uniones matrimoniales como de hecho".
En ese sentido, el fiscal jefe del TSJ pidió una mejora legal para impedir que, durante la tramitación judicial de un caso, una agresión menor pueda ir seguida, ya rota la unión, en una agresión de mayores consecuencias. Para ello, apunta Beltrán, cabría permitir a los jueces la toma de medidas cautelares aún en el caso de las faltas, las ilegalidades que no alcanzan la categoría de delito.
La memoria de la fiscalía desgrana otros tipos de delitos, y aunque Beltrán advierte de la discutible fiabilidad de las estadísticas compiladas por órganos judiciales y policiales, muchas veces discrepantes, éstas son sus conclusiones.
Delitos contra la integridad corporal. Las agresiones físicas, mortales o no, se redujeron un 33% respecto al año anterior. Las lesiones, en cerca de un 22%, los homicidios, en un 25%. Las muertes por sobredosis de droga también han disminuido: en este caso, un exiguo 5%.
Delitos contra la libertad sexual. Las agresiones sexuales registradas por la Fiscalía también han descendido, un 5%. A pesar de ello, Beltrán apunta que las víctimas de estos delitos, mayoritariamente mujeres, dejan de denunciar algunos casos por "el temor al ¿qué dirán?". En este apartado, el fiscal jefe hace especial hincapié en los problemas generados por la prostitución. Especialmente, en la actividad de las mafias que controlan y explotan a cientos de súbditos extranjeros, procedentes, sobre todo, del Este de Europa y el África subsahariana. Para combatir este fenómeno, el responsable de la fiscalía sugiere crear, dentro de su departamento, una sección dedicada en exclusiva en combatir a los proxenetas.
Delitos contra el patrimonio y el orden socioeconómico. Aumento irrelevante, de apenas el 0,82%. Este tipo de ilegalidades, que comprende desde el atraco en la calle hasta la sustracción del vehículo, es producida, según Beltrán, por gente "procedente de barrios marginales y de un ambiente familiar y social conflictivo". La Fiscalía registró 66.853 infracciones en este campo.
Sobre tráfico de drogas. La ausencia de novedades de calado respecto al año anterior no impide que Beltrán destaque el aumento de aprehensiones de éxtasis, estupefaciente "cuya utilización en las zonas de ocio de la juventud es objeto de abuso". El fiscal jefe destaca que, por norma general, ciudadanos extranjeros (holandeses y belgas en el caso del MDMA; magrebíes en el del hachís o colombianos en el de la cocaína) controlan el tráfico ilícito de estas sustancias.
Medio Ambiente. Tal como viene haciendo en los últimos años, el ministerio público no escatima críticas para con la actitud de la Administración autonómica en este terreno. "Es lamentable el desinterés que muestra en la protección del medio ambiente y la falta de sensibilidad que se revela en tales temas. No se acaba de comprender cómo existiendo en la Comunidad Valenciana una Consejería de Medio Ambiente sea tan ineficaz. Los seis fiscales dedicados a esta tarea iniciaron 103 investigaciones el año pasado.
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