Los inspectores internacionales certifican que las armas del IRA están bajo control
Los responsables de inspeccionar los arsenales del Ejército Republicano Irlandés (IRA), el finlandés Martti Ahtisaari y el surafricano Cyril Ramaphosa, presentaron un informe positivo de su primera revisión de los almacenes de armas y explosivos de la banda irlandesa que fue celebrado ayer en Londres, Dublín y Belfast. Para el primer ministro británico, Tony Blair, la disposición del IRA representa "un paso importante" hacia la paz, mientras que su homólogo irlandés, Bertie Ahern, aventuró "el fin satisfactorio" del contencioso sobre el decomiso de las armas republicanas.
Los inspectores independientes señalan en su informe que "las armas [del IRA] están seguras y no pueden utilizarse" sin llamar su atención. Ahtisaari y Ramaphosa no dan a conocer el número de almacenes inspeccionados ni su localización, pero afirman haber revisado "una cantidad importante de armas, incluidos explosivos". "Todas nuestras peticiones fueron atendidas satisfactoriamente. El proceso que condujo a la primera inspección y la forma en que se produjo nos hace creer que esto es un esfuerzo auténtico por parte del IRA para hacer avanzar el proceso de paz", escriben en el informe, que han presentado a los Gobiernos de Londres y Dublín y al presidente de la Comisión Internacional del Desarme, el general canadiense John de Chastelain. Ambos inspectores proyectan revisar "regularmente" los arsenales de armas para verificar que su contenido "permanece seguro".
El IRA también confirma la puesta en marcha de su proceso de inutilización de las armas al admitir, en un comunicado difundido ayer, que los búnkeres contienen "armas, explosivos y otros equipos". La inspección, sin precedentes en la historia republicana irlandesa, viene acompañada de la renovación de los contactos con la Comisión Internacional del Desarme, que la organización rompió el pasado febrero en represalia por la suspensión del autogobierno de Belfast.
Con ambos gestos, el IRA da un paso práctico en su renuncia a las armas que anunció el 6 de mayo, horas después de darse a conocer el pacto anglo-irlandés para restituir las instituciones autonómicas norirlandesas e implementar todos los apartados del Acuerdo de Viernes Santo de 1998, eje del proceso de paz. "Esto lleva la saga del decomiso de las armas a un final exitoso", dijo esperanzado el primer ministro irlandés. Su homólogo británico mostró más cautela y calificó los movimientos de los últimos días como "un paso" hacia el desarme. "No es decomiso en sí, pero es un paso muy importante en la ruta hacia una paz duradera. Las perspectivas nunca se han presentado mejores en Irlanda del Norte", señaló Blair.
La respuesta de ambos ministros denota un ligero énfasis de tono. Para Ahern, la disposición del IRA posibilita el consenso de los principales partidos norirlandeses sobre el espinoso asunto del desarme. La responsabilidad de su solución recae en la Comisión del Desarme, destinataria del primero y futuros informes de los inspectores independientes. De Chastelain deberá negociar con el representante del IRA las modalidades y plazos de la inutilización de las armas. El proceso debería concluir en junio de 2001.
Con su cautela, Blair demuestra que la acción del IRA no es definitiva, sino un gesto fundamental para fomentar confianza. "Estamos aún lejos de asistir a la retirada de todas las armas de la sociedad norirlandesa, pero se ha dado un paso significativo en la persecución de este objetivo. Lo debemos celebrar", defendió Peter Mandelson, ministro británico para Irlanda del Norte. Todas las fuerzas políticas, salvo el sector unionista opuesto al proceso de paz, respondieron ayer positivamente tanto al informe de los inspectores como al comunicado del IRA.
Ahtisaari y Ramaphosa regresarán periódicamente a los búnkeres -"en las fechas que ellos elijan", confirmó Mandelson- para revisar que las armas no han sido utilizadas. "Hay un mecanismo para comprobarlo", señaló el ministro, "pero la prueba más clara de las intenciones del IRA es el mantenimiento del alto el fuego", dijo a laBBC.
La iniciativa del IRA llega en víspera de las celebraciones y desfiles protestantes que fomentan tensión y dan pie, con frecuencia, a enfrentamientos con las fuerzas del orden. Coincide también con la tramitación en el Parlamento de Westminster de la reforma de la policía de Irlanda del Norte, el Royal Ulster Constabulary. La oposición de nacionalistas y, principalmente, de republicanos al contenido de este proyecto de ley hizo temer un retraso en el cumplimiento del compromiso adquirido por elIRA.
"La ejecutiva ha acordado poner en marcha dentro de unas semanas una medida de creación de confianza para confirmar que nuestras armas están seguras", dijo en su comunicado del 6 de mayo. Siete semanas después, con las instituciones autonómicas en marcha y todos los presos políticos a punto de salir a la calle, el IRA cumple su promesa.
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