Sabino Méndez; 'rock and roll star' EMPAR MOLINER

El talentoso y tan guapo Sabino Méndez, compositor de las canciones más gloriosas de Loquillo y los Trogloditas (Cadillach solitario, Rock and roll star o La mataré), ha escrito un libro que queremos recomendarles, humildemente. Se llama Corre rocker y explica su vida en Madrid, con los Trogloditas, en los felices ochenta. Para presentarlo, dio un concierto en el mítico Sidecar.¡Esperen! No empiecen con lo de: "Ya ves tú, otro advenedizo que se mete a escritor", "hoy en día todos los mediáticos escriben".

¿Qué es un advenedizo? Y yendo más lejos, ¿qué es un mediático? No sufran. Mis 50 mejores amigas y yo estamos aquí para ayudarles a entenderlo.

Para empezar, los escritores se dividen en tres grandes grupos: los vivos, los muertos y los inmortales. Ejemplo de escritor muerto: Licurgo. Ejemplo de escritor vivo: Pere Gimferrer. Ejemplo de escritor inmortal: Pere Gimferrer.

El primer grupo, a su vez, se divide en dos subgrupos: las escritoras y los escritores. Para diferenciarles, bastará con que sepan que las escritoras son las que NO hacen literatura femenina (porque la literatura femenina no existe, oye, lo que existe es la buena o la mala literatura).

Los vivos, a su vez, se dividen en: puros e impuros. Los puros son los que venden menos de 3.000 ejemplares aunque sean geniales. Ejemplo de escritor puro: Pere Gimferrer.

Los impuros son los que trabajan en la tele o en la radio. ¿Pero, por qué, exactamente? ¿Por ser unos pluriempleados? No, porque si eres escritor y trabajas en la Generalitat, no sólo se te considera puro, sino que te puedes pasar el día quejándote de la situación de la literatura catalana porque no pasa nada. Ejemplo: Jordi Mata. ¿Eres impuro, pues, sólo por trabajar en los medios de comunicación? Tampoco. La pureza de tu pluma depende exclusivamente del canal por el que salgas. Cómo lo oyen. Si sales en Tele 5 o en Antena 3, eres impuro. Si sales en el Canal 33 o en La 2 eres puro. Ejemplo de impureza: Borís Izaguirre y Ana Rosa Quintana. Ejemplo de pureza: Vicenç Villatoro y Fernando Sánchez Dragó.

Si Borís Izaguirre presentase Àgora y fuese Ana Rosa la que entrevistase a Panero con unas gafas cuadradas, la cosa, seguramente, iría al revés.

En el subgrupo de los impuros televisivos, se encuentran los mediáticos. Llámase mediático al presentador o colaborador de un programa desenfadado, que firma un libro lleno de fotos (¡que incluso puede haber escrito él mismo!). Tenemos dos categorías de mediáticos: a) Los mediáticos buenos, que presentan un programa intelectual pero gracioso, que queda muy bien no perderse y comentar en la oficina; b) los mediáticos malos, que presentan un programa que puede ser muchas cosas, pero no intelectual, por lo que queda muy mal decir que lo has visto, sin excusa del tipo "estaba haciendo zapping". Ejemplo de mediático bueno: El Gran Wyoming. Ejemplo de mediático malo: Txumari Alfaro. Y aquí es cuando llegamos a la última de las categorías de escritor, y por tanto, a la más abyecta y apestosa. Se trata del grupo de los advenedizos. Los infiltrados. Los que ejercían otra profesión en la que seguro que no estaban tan mal, cuando de repente, va y vienen a quitarnos el pan a los de aquí. Los advenedizos son nuevos en el oficio, y por tanto no se pasan el día hablando de su obra, como los escritores de toda la vida, por lo que resultan más simpáticos. Tampoco se disfrazan de malditos, ni hacen ver que sufren creando. Lo más horrible es que el advenedizo, por aquellas casualidades de la vida, podría llegar a interesar al público y a los críticos. ¿Cómo se atreve?

Ejemplo de advenedizo que esperamos que triunfe: Sabino Méndez.

Por cierto: no piensen que leerán el libro de un roquero burro. Sabino lee a Pla, a Nabokov, a Borges y a Francisco Umbral, no necesariamente por este orden. Estudia literatura hispánica y dice que cuando estaba en los Trogloditas no encontraba interlocutores para hablar de libros. ¿Se imaginan?

"Oye, Chema, ¿tú, qué prefieres, Ibsen o Proust?"

"Pues prefiero la Proust, que tiene más cuerpo y más graduación. Te he dicho mil veces que a mí, la Ibsen sin alcohol no me gusta".