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Trazado

Se la jugó bien. Francisco Álvarez Cascos no hizo lo que su antecesor en el Ministerio de Fomento y, en lugar de extender sobre la mesa un muestrario de recorridos imposibles, explicó a los diputados su propuesta de trazado para el AVE. El presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, se quedó de una pieza. Había estado muy entretenido con los itinerarios, desde el que discurría hacia Alicante (con ramal a Terra Mítica) para que el tren de alta velocidad cubriera en más tiempo del razonable el trayecto entre Madrid y Valencia hasta la denominada "opción centro", que tendía a contentar un poco a todos y que era la elegida para un anuncio repleto de fanfarrias. Cascos le mejoró la oferta, aplicando el sentido común al corregir una de las posibilidades previstas por el norte, y el Consell no ha sabido disimular su desconcierto. Zaplana no podrá apuntarse el tanto. Incluso si persiste en que nada hay decidido y todavía puede escogerse otro trazado, la alternativa se medirá, para peor, con la que ya puede llamarse la "opción Cascos". Hace mucho tiempo que el PP valenciano confunde la política con la escenografía, lo que conduce a veces a quedarse ante el público literalmente con el culo al aire. El mismo presidente había descartado el recorrido sobre el que Fomento ha dibujado una variante acogida con júbilo por la mayoría de los actores sociales. Les heló la sonrisa a los populares la jugada de Cascos cuando celebraban con mucha algarabía el archivo de la querella del PSPV contra seis cargos actuales o ex directivos de Ràdio Televisió Valenciana, algunos de los cuales pusieron en marcha, a la sombra del canal público, un jugoso negocio de televisión. El auto del juez niega la posibilidad de que los ciudadanos sepamos con garantías si la prosperidad de quienes tuvieron responsabilidades en Canal 9 obedeció a un talento hasta entonces inédito o a un prosaico ejercicio de saqueo. Ajeno a la moderación, el PP subrayó la pifia judicial con profusión de reproches y cuchufletas. Más que un partido solvente, más que un Gobierno sólido y más que una Administración prudente, a veces parece que Zaplana dirija a un animado grupo de comediantes.

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