Caos en el tráfico aéreo europeo por un fallo informático en el control de Londres

Un fallo en el sistema informático del centro nacional británico de control aéreo provocó ayer cancelaciones de vuelos y retrasos de hasta cinco horas en los principales aeropuertos no sólo del país sino también del resto de Europa. La avería afectó al ordenador que procesa la información del recorrido de los aviones desde el momento en que entran en el espacio aéreo británico, lo que forzó a los controladores a operar manualmente. Es la segunda vez en lo que va de mes que falla el sistema informático del centro de control nacional, situado en West Drayton, a pocos kilómetros del aeropuerto londinense de Heathrow, en Londres.

Los ingenieros tardaron más de cinco horas en solucionar la avería, que se detectó hacia las 10 de la mañana (hora local, una hora más en la península). Para entonces el caos se hizo presa de los aeropuertos de Heathrow y Gatwick, en la capital británica, además de Manchester, Belfast y Glasgow entre los más afectados. La compañía aérea British Airways canceló 25 vuelos a destinos europeos y trastlánticos y, entre otras compañías, EasyJet suspendió la mayoría de las salidas de su flota. Los viajeros paralizados por la avería cuestionaban incrédulos cómo un ordenador puede causar tal caos.El Servicio Nacional del Tráfico Aéreo (NATS) prometió una "investigación exhaustiva" del incidente de ayer y de otro semejante que tuvo lugar el pasado 9 de junio. Según Debra Seymour, portavoz del centro de control para el área de Londres, el ordenador afectado no es "crítico para la seguridad" y, tras colapsar, los controladores canalizaron la información a los pilotos de forma manual. A pesar de la avería, el centro de control pudo operar con el radar y el control de radio de los aviones.

Cada minuto aterriza un avión en Heathrow en condiciones normales. Pero, ayer, bloqueado durante cinco horas el procesamiento electrónico de la información, el sistema manual no pudo mantener el mismo ritmo. La demora causó retrasos de hasta cinco horas mientras cada aeropuerto luchaba por normalizar el flujo de los despegues y aterrizajes.

El fallo informático pone de relieve el problema del centro de control nacional, que debía haberse trasladado a nuevas instalaciones en Swanwick, en el condado de Hampshire. Pero el proyecto lleva una demora de más de tres años afectado por la intención del Gobierno de Tony Blair de privatizar parcialmente el servicio. Cuando era oposición, el Partido laborista se mostró contrario, con argumentos basados en el control de seguridad, a dar luz verde al proyecto de privatización total que la anterior administración conservadora anunció, por primera vez, en 1994. El viraje en la postura del Ejecutivo Laborista cuenta con la oposición de una creciente mayoría de diputados laboristas.

Aeropuertos españoles

Los aeropuertos españoles más afectados por la avería fueron los turísticos, que ayer tenían programadas un mayor número de rutas a Londres, y debido a la paralización de las operaciones de salida, una hora después del fallo informático, se saturaron las plataformas de estacionamiento de aviones en Alicante y Murcia, y estuvieron sobreocupadas las de Palma de Mallorca, Reus, Menorca e Ibiza. AENA (Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea), junto con Eurocontrol -los Servicios de Navegación Aérea del resto de países europeos- y las compañías aéreas pusieron en marcha procedimientos para aliviar las repercusiones de la avería, entre las que figuran la paralización en los aeropuertos de origen de los vuelos con destino a Londres y con escalas intermedias para evitar mayores colapsos en las plataformas de los aeropuertos más saturados.

En París, al menos una veintena de vuelos con destino a Londres debieron ser anulados tras el fallo en el sistema informático británico, según informó Aeropuertos de París (ADP). Esta misma fuente precisó que los retrasos se seguirían produciendo hasta las ocho de la tarde de ayer. Los vuelos transatlánticos con salida desde París fueron también retrasados y los que dependían de la torre de control de Londres tuvieron que modificar su plan de vuelo.