_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Ecuánimes

Félix de Azúa

Cuando lo sacaron del agujero, Adi Sharon creyó que iban a matarle pero no parecía asustado. En las imágenes emitidas por TV aparecía un tembloroso niño de 12 años con las piernas agarrotadas y una mirada extraña. Dejó que los soldados lo cargaran en brazos como si fuera uno de esos animales malheridos que salvan los biólogos. Luego miró a la cámara con ojos entrecerrados. No parecía feliz por salir del zulo en el que había pasado un infierno de nueve meses, sino más bien incrédulo. Ni siquiera mostraba asombro, aunque quizás sí cierta curiosidad.Me pregunté qué estaría viendo. Seguramente veía a unos hombres semejantes a los que le habían secuestrado, hundido en la oscuridad y cortado dos dedos, es decir, humanos normales con piernas, brazos y cabezas humanas. Bichos en todo similares a los que le habían enterrado vivo. Recordé que esa misma mirada desconfiada y atenta pude verla cuando salvaron de su zulo vasco al funcionario de prisiones Ortega Lara. Al salir del furgón, miró a su alrededor como preguntándose quién era aquella gente y si pertenecían a la misma especie animal que le había torturado. La muchedumbre vitoreaba y aplaudía, pero él miraba desconcertado, aturdido. En el aspecto externo, aquellas personas se parecían demasiado a sus torturadores. A Sharon, a Ortega, debió de costarles un tiempo reconocer que, a pesar de tanta semejanza, hay una fundamental diferencia entre los humanos y las bestias de forma humana.

Si es que la hay, porque luego leí que los secuestradores chechenos eran patriotas. Y después escuché a un amigo decir que los movimientos de liberación nacional están por encima de la retórica humanista, ese fósil de la ideología burguesa. Hay mucha gente ecuánime en mi país, mucho parlamentario, mucho político, mucho intelectual que comparte el sentimiento de los patriotas y cree que son comparables ETA y el PP, sin ir más lejos. Hay mucho equidistante entre la bestia y el humano, tan equidistantes que seguramente no sabrían explicarles a Sharon y a Ortega cuál es la diferencia. O se la explicarían, porque son profesores y maestros, pero a ellos les parecería una burla. Aunque quizás es que ya no hay diferencia y todos formamos parte de una bestia ecuánime, comprensiva, equidistante. Y sobre todo, por supuesto, democrática.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Félix de Azúa
Nació en Barcelona en 1944. Doctor en Filosofía y catedrático de Estética, es colaborador habitual del diario El País. Escritor experto en todos los géneros, su obra se caracteriza por un notable sentido del humor y una profunda capacidad de análisis. En junio de 2015, fue elegido miembro de la Real Academia Española para ocupar el sillón "H".

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_