Un viaje imaginario a Tánger abre el programa semanal de Madrid en Danza
El XV Festival Madrid en Danza toma esta semana aires flamencos, evoca el Siglo de Oro, reivindica a la legendaria Anna Pavlova y hace un viaje imaginario a Tánger. Consiguen el ensalmo cuatro espectáculos: Tánger, de Teresa Nieto; Hay un pícaro en el corral, de la compañía Mar Gómez; Anna Pavlova: diálogos del alma, de Toni Candeloro, y Ayotebé y Puzzle, del grupo Larumbe. El precio oscila entre la 1.000 y las 3.500 pesetas. El homenaje a la bailarina Anna Pavlova incluye un espectáculo el fin de semana y una exposición en el Centro Cultural de la Villa.
Teresa Nieto estrena hoy la semana danzadora en el Teatro Albéniz (Paz, 11) buceando en sus orígenes a través del montaje Tánger. La autora se vale de diez bailarines -seis mujeres y cuatro hombres- para mostrar "el puzzle de culturas y de credos". A Nieto, la ciudad de su niñez le sugiere "luz, misterio, laberinto, mezcla", y es lo que dice que tratará de plasmar en el escenario, "jugando con el tiempo y el espacio desmembrados, que cada escena, imagen, bailarín, cada elemento escénico sean una pieza del rompecabezas que se vaya armando hasta alcanzar la plenitud al final". La pieza es un estreno y puede verse hoy y mañana, a las 20.30 (de 1.000 a 3.500 pesetas).La compañía Mar Gómez danza también hoy y mañana, aunque en el Centro Cultural de la Villa (plaza de Colón, s/n). Ha apostado por la obra Hay un pícaro en el corral para recrear el Siglo de Oro y buscar las conexiones con la actualidad. "Hemos escogido la picaresca porque obliga a tratar temas conflictivos como el afán de medro y ascenso social, la integración, la marginación, la honra, las apariencias, cuestiones con vigencia en la España actual", según la coreógrafa. Durante algo más de una hora, los cinco bailarines -incluida la propia autora- emularán a un grupo de comediantes de corral típicos del siglo XVI. Los dos pases serán a las 20.30 (de 1.000 a 2.500 pesetas).
Karmen Larumbe
El grupo Larumbe Danza recala en Madrid con Ayotebé (Dios mío, en caló), obra póstuma de la fundadora, Karmen Larumbe, concebida para dos bailarines y un grupo de percusión flamenca. Su hijo, Juan de Torres, y su nuera, Daniela Merlo, han cogido las riendas y han duplicado el número de bailarines, pero han mantenido la música originaria, de raíces flamencas. También De Torres asume la coreografía y la puesta en escena de Puzzle, una pieza de media hora escasa dedicada a una ciudad genérica, como metáfora del caos, la pobreza, la evolución y la riqueza. Karmen Larumbe está considerada una figura pionera de la danza contemporánea, con más de 60 coreografías, que ha paseado por los cinco continentes. Su repentino fallecimiento en 1995 precipitó a su hijo y a su nuera a hacerse cargo de la compañía. Ayotebé y Puzzle tomarán el escenario de la Sala Cuarta Pared (Ercilla, 17) hoy y mañana, a las 22.30 (1.200 pesetas).
Y el Festival Madrid en Danza pondrá la guinda a esta semana con otro estreno: un homenaje a la bailarina Anna Pavlova, que incluye un espectáculo y una exposición en el Centro Cultural de la Villa. Anna Cuocolo presenta un programa coreográfico en ocho piezas: Muerte del cisne, Danza rusa, Arlequinada, Las sílfides, Carnaval, Cleopatra, extractos de Giselle, y Ruslán y Ludmila. El espectáculo, de algo de más de una hora de duración, lleva la música de Schumann, Chopin y Chaikovski, entre otros compositores célebres. La exposición retrata a Pavlova a través de fotos, objetos y programas sobre la danza recopilados por el bailarín Toni Candeloro. "Fue la primera bailarina que eligió una vida fuera de los esquemas: se negó a integrarse en los ballets rusos, con lo que renunció a exhibirse en los más grandes teatros para promover la danza en los más remotos rincones del planeta; realizó con sus exhibiciones una gran obra de divulgación", remarca Candeloro. El alma de la Pavlova se hará visible en el Centro Cultural de la Villa en forma de exposición y de espectáculo el viernes y el sábado, a las 20.30, y el domingo, a las 19.30 (de 1.000 a 2.500 pesetas).
De la vasta producción artística de Anna Pavlova, la pieza más conocida es Muerte del cisne. "Pasaba sus ratos libres en su casa de Londres, donde tenía un lago con cisnes, la figura con la que ha alcanzado la inmortalidad en la memoria del arte", relata Candeloro.
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