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Aznar minimizará los reproches a Putin sobre los derechos humanos

El Gobierno español considera al nuevo presidente ruso, Vladímir Putin, que hoy inicia su primera visita a España, como un líder fiable, capaz de garantizar la estabilidad política en Moscú a medio plazo, y apuesta por anudar una sólida relación con él, poniendo sordina a sus críticas por la situación de los derechos humanos en Rusia y la intervención militar en Chechenia.

España se convertirá hoy en el tercer país europeo que recibe a Putin desde que accedió al poder como presidente electo, el pasado 7 de mayo, después del Reino Unido e Italia e inmediatamente antes que Alemania, a donde viajará mañana.La visita del nuevo inquilino del Kremlin no tiene rango de Estado, debido a la precipitación con que se ha preparado, pero se la ha revestido de la máxima solemnidad e incluirá una cena con los Reyes en el Palacio Real y un encuentro con la presidenta del Congreso y la Junta de Portavoces. Por primera vez en una salida al extranjero, le acompaña su esposa, Liudmila Pútina, una exazafata de 43 años que habla castellano.

Todavía con el regusto amargo del plantón que dio Yeltsin a Aznar en Moscú, en mayo de 1999, fuentes gubernamentales españolas no ocultan su interés por anudar una sólida relación con Putin, cuya sobriedad y fiabilidad se subrayan como contraposición a su antecesor.

Pese a su calamitosa situación económica, las mismas fuentes recuerdan que Rusia dispone todavía de un impresionante arsenal nuclear, es miembro del Consejo de Seguridad de la ONU con derecho de veto y su opinión continuará pesando en el tablero internacional.

La presencia al frente de la diplomacia rusa del ex embajador en Madrid Igor Ivanov constituye, para el Gobierno español, una inmejorable oportunidad de establecer relaciones privilegiadas con Moscú.

Con estos objetivos, la versión española de la realpolitik pasa por dar un perfil bajo a las críticas a la intervención militar en Chechenia, sobre la que se ha cimentado la popularidad de Putin, y a la situación de los derechos humanos en Rusia.

Fuentes de La Moncloa indicaron ayer que Aznar reiterará a su huesped la necesidad de dar una "solución política" al conflicto de la república caucásica, pero reconociendo el derecho de Rusia a luchar contra el terrorismo y a defender su integridad territorial. Se trata de la misma fórmula que el propio Yeltsin aceptó en la cumbre de la OSCE de otoño pasado en Estambul, sin resultado práctico alguno hasta la fecha.

Respecto a la situación de los derechos humanos en Rusia, y en particular el acoso a los medios de comunicación críticos con el poder, las mismas fuentes señalaron que hay que analizarla "a partir de la situación previa y no como una foto fija", sugiriendo que se han producido progresos.

La comprensión oficial con la política rusa no es compartida por las organizaciones no gubernamentales que, con el apoyo de intelectuales, artistas y políticos de izquierda, han convocado para mañana una manifestación de protesta ante la sede del Ministerio de Exteriores.

La visita del mandatario ruso -al que acompañan, además de Ivanov, el viceprimer ministro económico, Víktor Jristenko, y el ministro de Ferrocarriles, Nikolay Axionenko- servirá también para que las autoridades españolas conozcan de primera mano la contraoferta rusa al sistena nacional de defensa antimisiles de Bill Clinton.

Madrid cree que la contrapropuesta rusa es poco más que "un brindis al sol" e insiste en el derecho de Washington a poner en práctica su proyecto, aunque es consciente de los riesgos políticos que conlleva.

Invertir sin crédito

Vladímir Putin desayunará mañana con 125 empresarios españoles, reunidos por el Consejo Superior de Cámaras de Comercio, a quienes intentará convencer de que inviertan en Rusia. Ellos, a su vez, le entregarán un documento en el que desgranan los obstáculos que deben superar para trabajar en Rusia; entre otros, la inseguridad jurídica.Uno de los anfitriones del encuentro -que, como el resto del programa, ha estado sujeto a cambios hasta última hora- es Lucas de Oriol, presidente del Comité Hispano-Ruso y vicepresidente de la empresa Patentes Talgo.

Esta tarde, el ministro ruso de Ferrocarriles, Nikolay Axionenko, asistirá a una demostración del Talgo XXI, el último modelo de la firma, con cambio automático de ancho de vía, en su taller de mantenimiento de Las Matas (Madrid). Las autoridades rusas se han mostrado muy interesadas en el tren español, tanto para la línea San Petesburgo-Moscú como para la que unirá la capital rusa con Berlín.

El principal problema para que prospere este proyecto es la falta de respaldo financiero. La compañía oficial de seguro de crédito (CESCE) sólo cubre las exportaciones a Rusia por un máximo de 40 millones de dólares al año (unos 6.800 millones de pesetas) y nunca garantiza más de cinco millones de dólares por operación. Con este dinero apenas se puede pagar un vagón.

La razón de esta racanería está en los 150.000 millones de pesetas a que asciende la deuda de Rusia con España.

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