La inversión en el parque didáctico ambiental superará los 100 millones de pesetas
VIENE DE LA PÁGINA 1 El proyecto recoge la herencia del parque El Carpín, en la localidad vizcaína de Carranza, auspiciciado por la Fundación Xabier Maiztegi, que se creó para la recuperación de animales y su exhibición con fines didácticos. Las disputas con las instituciones llevaron a sus promotores a buscar otro emplazamiento. Hace tres años, empezaron a rastrear la reserva de Urdaibai y compraron 56.000 metros cuadrados de suelo en las inmediaciones de las cuevas de Santimamiñe, en el municipio de Kortezubi.
La habilitación del parque se inició hace más de un año y actualmente se encuentra casi a punto. Una visita por los 45.000 metros cuadrados disponibles evidencia el trabajo acometido por la Fundación Maiztegi. Sus impulsores rehabilitaron un caserío abandonado y han acondicionado las 4,5 hectáreas para la convivencia de bisontes, jabalíes, ciervos u ovejas.
"Se trata de mostrar los animales que existen en Urdaibai o han existido. El fin es didáctico. Va dirigido a los escolares para que conozcan a los animales y también los árboles de la zona. Para los mayores serán visitas guiadas con explicaciones de lo que se ofrece. No va a ser un parque con visita libre, porque si no hay un guía no se logra ese fin didáctico", explican Roberto Uriarte e Itziar Maiztegi, los promotores del parque.
Un sendero de un kilómetro de longitud es, por ello, la base del recorrido a lo largo de la instalación. Dos jabalíes, fieros en apariencia, "pero son mucho más cariñosos en realidad", son la primera sorpresa del visitante, que puede comprobar cómo los operarios ultiman la preparación de las casetas de observación del parque. Al fondo, se ve el río artificial construido donde se alojarán los ánades y, en un pasto enorme, yacen sin ninguna inquietud dos bisontes.
Homenaje
El sendero bordea la base del monte Ereñozar, en cuyo interior están las cuevas de Santimamiñe. Esta ubicación ha servido a la Fundación Maiztegi para mostrar los distintos tipos de flora del encinar y rendir su pequeño homenaje al biólogo Xabier Maiztegi, fallecido hace dos años y el gran impulsor del proyecto de El Carpín.
A pie del sendero se ha instalado una escultura con la efigie de Maiztegi, abrazado a un mono. "Todo esto es por él. Sin Xabier no hubieramos llevado adelante este proyecto", dicen los promotores.
El parque se ha desarrollado sin ninguna subvención pública, pese a que ha tenido que recibir el visto bueno del Patronato de Urdaibai, el órgano de gestión de la reserva que depende del Departamento de Medio Ambiente.
Se trata, sin embargo, de la primera actuación significativa que cumple la filosofía de Urdaibai, la compaginación del desarrollo económico con el respeto al medio natural. La inversión superará los 100 millones de pesetas y los miembros de la Fundación esperan que un futuro puedan contra con ayudas públicas para los proyectos concretos que lleven a cabo.
El artista Agustín Ibarrola, que vive unos kilómetros más allá en el valle de Oma, ha hecho su propia aportación al parque. La entrada a las instalaciones está formada por una sucesión de postes de madera pintada con diversos colores que se convierten en la puerta al parque didáctico. "Ha sido una donación desinteresada", recalcan.
Traspasado su umbral, se encuentra el centro de acogida, con varias salas de exposiciones y de video, en el que los visitantes pueden examinar todo el ecosistema de Urdaibai. Los de la Fundación Maiztegi aguardan expectantes la acogida de su iniciativa, que pretenden sea difundida verbalmente para evitar aglomeraciones. En dos semanas, cada uno podrá empezar a emitir su veredicto.
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